No hace falta tocarlo. Ni siquiera llenar la memoria del smartphone con cientos de fotos. Os aseguramos que el simple momento en que consigues ver una mamá osa guiando a sus oseznos o un joven lince aprendiendo a cazar, es pura magia verde, un instante premium para guardar en la carpeta de grandes recuerdos. Y todo aquí, sin viajar a la otra punta del planeta ni desembolsar miles de euros. Es parte de la riqueza de nuestro país, esa doble cara que nos permite disfrutar de una biodiversidad extraordinaria –la mayor de Europa–, pero también nos responsabiliza a la hora de cuidarla.
Estamos en el país con más Reservas de la Biosfera de todo el mundo, más que Francia, Alemania e Italia juntas, un tesoro verde que, a veces, no sabemos apreciar. Organizaciones como The European Nature Trust –su director, Paul Lister, lleva desde el año 2000 al frente de proyectos conservacionistas en Escocia, Rumanía, Italia…– financian programas de recuperación, colaboran con ONG, divulgan, proponen y, sobre todo, hacen ruido, un trabajo necesario para recuperar la vida silvestre y proteger especies de en unos paisajes únicos y amenazados que, a veces, están casi dentro de las ciudades.
Oso pardo, todo un éxito de recuperación
La recuperación del oso pardo cantábrico ha sido uno de los mayores éxitos conservacionistas de los últimos años. De una población de 60 o 70 ejemplares que vivía en dos núcleos separados se ha pasado a más de 370 en un gran núcleo. Desde la FOP (Fundación Oso Pardo) lo tienen claro: la clave del éxito es trabajar mano a mano con los locales, implicarles y trazar una ruta de trabajo con todos, incluidos los cazadores. Cambiar la percepción de que el oso es un enemigo ha costado años pero, ahora, se ha convertido en un activo económico y, poder verle en directo, en un privilegio de la naturaleza.
El turismo ha crecido exponencialmente y ahora toca regularlo y protegerlo. Desde el parque natural de Somiedo advierten de la nueva situación y afirman que no quieren pasar «del monocultivo de vaca al monocultivo de turismo porque la auténtica mina de oro es el propio parque». La estrategia ahora se centra en evitar incidentes –contenedores de basura antioso para que no se acerquen a núcleos urbanos, plantaciones de cerezos, castaños y robles para asegurarles comida…– y en avistarlos de forma segura con empresas como Wild Spain Travel, que ofrecen guías locales especializados.
Lince ibérico, el gran reto de repoblación
En poco más de 20 años, la población de lince ibérico ha pasado de tener menos de 100 ejemplares a sobrepasar los 2.000 actuales una recuperación histórica en cuanto a las cifras pero, sobre todo, en cuanto a la ampliación de su hábitat, que se ha extendido a puntos de Toledo, Badajoz e incluso Murcia. Al igual que con el oso pardo cantábrico, el plan de acción para recuperar la población de lince ibérico siempre ha pasado por involucrar a la población local en una estrategia conjunta, sobre todo al principio, cuando la mayoría de ejemplares estaban en fincas privadas que se dedicaban a caza mayor.
En la actualidad, la recuperación del felino más amenazado del mundo es la prueba tangible de que los espacios protegidos no solo son el refugio de especies emblemáticas, sino una forma de interconectar naturaleza, cultura y sociedad, y de demostrar que la vía para que todo esto funcione es el ecoturismo y la sostenibilidad. Para ver linces en libertad, empresas como Birds & Lynx Ecoturism organizan jornadas durante todo el año en Sierra Morena de Jaén, que incluyen transporte en 4×4, acceso a finca privada, desayuno o almuerzo, material óptico y guías locales especializados.
Águila imperial, una superviviente que amplía territorio
La electrocución en los tendidos eléctricos, la caza furtiva y los envenenamientos son las principales amenazas para la supervivencia del águila imperial. Aparte de estas causas –todas directamente provocadas por el ser humano–, la fragmentación del territorio debido a cultivos o construcción de viviendas, unido a la disminución de su principal alimento, el conejo, ha hecho que el Comité Español UICN (Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza) la incluya en la lista roja, catalogándola en España con alto riesgo de extinción y, a nivel mundial, como especie vulnerable.
Desde principios de este siglo, numerosas acciones conservacionistas desarrolladas por instituciones y organismos tan diversos como la Junta de Andalucía, la Fundación CBD-Hábitat y WWF –financiado por Caja Navarra– han trabajado tanto para mejorar la población de águila imperial ibérica en solitario, como en proyectos conjuntos con el buitre negro y la cigüeña negra. En la actualidad, España cuenta con más de 600 parejas adultas y un número indeterminado de jóvenes nómadas que se concentran principalmente en el parque nacional de Cabañeros, el Coto de Doñana y el valle del Tiétar.
La imagen que abre el texto es Turismo de observación
Algunos datos del gran tesoro verde de nuestro país
- España es uno de los 25 puntos clave de biodiversidad mundial
- El 32% del territorio está cubierto por bosques y selvas
- 1/3 del territorio está protegido, una extensión que equivale a toda Grecia
- 22 millones de personas visitan cada año estos espacios
- Es, junto a la sanidad, educación y seguridad, el 4º pilar básico para asegurar el bienestar
- En 2017, el oso pardo generó 20,5 millones de euros en negocios locales de la Cordillera Cantábrica