22 islas –de las que solo 4 están habitadas–, una belleza absoluta y un océano de un color tan especial que se le conoce como azul Kerama. Este es el pequeño paraíso que te espera en este archipiélago –perteneciente a Okinawa, un conjunto de 160 islas de clima tropical situadas al sur de Japón–, el fondo de pantalla perfecto para amantes de la playa, el snorkel y el senderismo que, además, esconde muchas sorpresas.
Ahora que Japón acaba de abrir totalmente sus fronteras, te proponemos dejar las grandes ciudades para otro momento –o combinarlo: está a menos de 3 horas de vuelo de Tokio– y descubrir el trópico japonés con nuestros 5 puntos imprescindibles.
1. Un paisaje de campos de coral

Famosas por su transparencia y su escasa profundidad, las aguas de Kerama albergan un gran número de especies de coral. La temperatura templada permite ver estos campos submarinos –junto a tortugas, peces tropicales…– casi en cualquier época del año, excepto en invierno, cuando la zona se convierte en la favorita de las ballenas jorobadas, que migran aquí para reproducirse. Este es uno de los grandes atractivos de estas islas, que forman el Parque Nacional Keramashoto.
2. Geruma y Aka, las más pequeñas y alejadas

La más pequeña de las islas habitadas, Geruma, está conectada a la isla de Aka –otra de las cuatro habitadas que cuenta con a playa de Nishibama, espectacular– por un puente. Con las mismas espectaculares aguas que sus hermanas, aquí abundan los bosques de palmeras chinas que, además de pasear, te permiten ver los ciervos endémicos de esta parte del país: más oscuros, pequeños y con los ojos más grandes que en el resto de Japón. Los muros de coral y las tejas rojas de la Residencia Takara, o Casa del Capitán, es representativa de las construcciones de la isla, que solo cuenta con un hostal.
3. La hora del té buku-buku

¿Sabías que en Okinawa nació el kárate -aquí se llama heiwa no bu (el arte marcial de la paz)? ¿Y que tienen espectáculos con toros en los que los animales luchan entre ellos hasta declarar al más fuerte de las islas? En lo culinario, te recomendamos su especialidad en soba y el buku-buku cha, un té especial que se bate para hacerlo espumoso y se sirve con cacahuetes molidos y azúcar moreno. Una delicia a probar, sobre todo si tienes en cuenta que esta es una de las zonas azules del mundo: con mayor índice de longevidad.
4. El mirador de Tokashiki y todas sus opciones

Es la más grande de las cuatro islas habitadas de Kerama y una de las que cuenta con más infraestructura para comer y dormir; es decir: no es la mejor opción si buscas ante todo tranquilidad. Tokashiki es también la favorita para los amantes del snorquel –aquí puedes ver peces damisela azul fluorescente, mariposa, payaso…– y para los que prefieren nadar, gracias a sus playas de Aharen y de Tokashiku, esta última, la mejor para estar junto a tortugas marinas.
5. La arena blanca de Zamami

Zamami, la segunda isla habitada más grande de las Kerama, es una paraíso con un único pueblo de 600 habitantes. Puedes elegir entre la playa de Furazami para snorquel o buceo, y la de Ama, mucho menos profunda, para nadar; ambas, con una inmaculada arena blanca y separadas por un paseo de 20 minutos. En el interior, multitud de rutas de senderismo y un paisaje de suaves colinas que puedes disfrutar desde lo alto del monte Takatsuki y su mirador.
(La foto que abre el texto es Aka Island | visitokinawajapan.com)