De madera, mármol o vidrio. Comprometidas con la sostenibilidad o derrochando ostentación. Recorremos el planeta en busca de las bibliotecas más impresionantes, esas cuyo diseño, a pesar de las maravillas que atesoran, hace que levantemos la vista del libro y nos quedemos extasiados contemplándolas. Iniciamos una ruta que salta de Río de Janeiro a Zanzíbar, pasando por Calgary, México y Taiwán, y con la que queremos rendir un homenaje al Día Mundial del Libro, que se celebra el próximo 23 de abril. ¡Felices lecturas viajeras!
1. Biblioteca Vasconcelos, un extenso catálogo de multi arte
Leer un libro –¡claro!– pero también escuchar una canción, tocar el piano o asistir a una clase de violín en directo. Estas son algunas de las posibilidades que brinda la Biblioteca Vasconcelos, un gigantesco contenedor cultural de estética industrial ubicado al norte de la capital mexicana. Las estanterías colgantes y el jardín exterior completan la oferta del espacio, uno de los más visitados del continente.
2. Biblioteca Pública de Boston, el palacio del barrio
Nació con vocación de ser «un palacio para el pueblo» y, desde entonces (1895), el edificio McKim de la Biblioteca Pública de Boston ha cumplido su objetivo. La mezcla de estilos y la grandiosidad del espacio –sorprenden el vestíbulo mármol y su escalera– compiten con su amplio carácter social: el acceso es gratuito y las exposiciones, cafeterías y sala infantil –primera del país– están muy solicitadas.
3. Biblioteca Nacional de Corea del Sur, la emoción de los libros
Puede que el diseño de la Biblioteca Nacional de Corea del Sur te parezca una sonrisa –que también–, pero lo que intentaron sus responsables –Samoo Architects & Engineers– es convertir la página de un libro en edificio. Dentro, espacios abiertos, áreas de lectura, terrazas… todo para facilitar el diálogo entre analógico y digital y crear una e-brary (acrónimo de emotion + library), una biblioteca emocional.
4. La estética colonial del Real Gabinete Português de Leitura
No se creó para llenar Instagram –aunque su popularidad en redes sociales lo han devuelto al punto de mira–, pero el Real Gabinete Português de Leitura es bello por naturaleza. Los inmigrantes portugueses de Río de Janeiro financiaron esta recargada obra, una forma neo manuelina de combatir a saudade que sigue la estela neo manuelina y se inspira en un top del género: los Jerónimos de Lisboa.
5. Biblioteca de Mariam, un punto de encuentro propio
Ladrillos de arcilla para rebajar la temperatura, techos de fibra que filtran la luz natural, materiales locales… Parallel Studio –el equipo responsable del proyecto, ubicado en Alicante– lo tuvo claro a la hora de diseñar la Biblioteca de Mariam, un nuevo centro social y cultural destinado a mejorar las oportunidades de los escolares en Zanzíbar que, además, está 100% integrado en la comunidad.
6. Biblioteca George Peabody, un lugar para leer ¡y casarte!
Los más de 300.000 volúmenes que atesora la Biblioteca George Peabody nunca pensaron que tendrían que competir con eventos de empresa y celebraciones de bodas. Pero los cinco pisos de este histórico espacio de Baltimore, sus balcones de hierro forjado y sus columnas de mármol, son un idílico escenario cuya luz se filtra por un enorme tragaluz central desde su construcción, en el siglo XIX.
7. Biblioteca Beitou, la primera con el sello verde
Si siempre has soñado con leer un libro en una casita de madera en la copa de un árbol, en la Biblioteca Beitou vas a encontrar algo muy parecido. Aquí tienes paneles solares, gestión del agua de lluvia, construcción en madera y una apuesta por la sostenibilidad que le ha hecho ganar varios premios y convertirse en la primera biblioteca verde de Taiwán, con libros especializados también en este ámbito.
8. Ateneo Grand Splendid, el teatro que soñó con ser librería
Fue teatro y cine, el escenario donde Carlos Gardel grabó algunos de sus tangos y la pantalla donde se exhibieron las primeras películas sonoras de Argentina. Pero el Ateneo Grand Splendid es también uno de los edificios más entrañables de Recoleta y, desde 2000, una de las librerías más hermosas del mundo según The Guardian –y nosotros– y un espacio que recibe más de un millón de visitas al año.
9. Biblioteca Central de Calgary, la cultura como nexo de unión
Defensores de la vocación social de la arquitectura, los noruegos Snøhetta concentraron las actividades lúdicas (y ruidosas) en los pisos inferiores de la Biblioteca Central de Calgary y dejaron en la última planta la sala de lectura. Además, salvaron la línea de tren, unieron dos barrios de esta ciudad canadiense y revistieron todo con una fachada dinámica con dibujos geométricos, que filtran la luz.
10. Biblioteca en la Tierra, una apuesta medioambiental
Arar en los días soleados y leer en los lluviosos. Con esta premisa, el estudio Hiroshi Nakamura y NAP diseñaron la Biblioteca de la Tierra, destinada a los agricultores de Kisarazu, al este de Japón. Para integrarse en el paisaje y no robar protagonismo a los cultivos, el espacio es subterráneo y sigue la pendiente del terreno, con algunas estanterías más bajas dedicadas a los lectores infantiles.
La imagen que abre el texto es Biblioteca en la Tierra | Koji Fujii/ Toreal