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10 destinos para huir del ‘efecto Navidad’

Si la perspectiva de las comidas de empresa te agobia, los regalos navideños te estresan y las cenas familiares son capaces de sacar lo peor de ti, el diagnóstico está claro: la Navidad no es lo tuyo. No pasa nada. Escapar de la avalancha de papás noel, renos voladores, compras enloquecidas y turrón es complicado, pero no imposible y, aunque pocos, aún existen lugares en nuestro globalizado planeta libres de espumillón y árboles de Navidad, la mayor parte de ellos, enclaves musulmanes, que evitan y hasta prohiben las celebraciones navideñas. Nos ponemos el traje de Grinch y seleccionamos 10 destinos para huir del efecto Navidad.

La imagen que abre el texto es Penang | Job Savelsberg. Unsplash

1. Penang

Penang | Ong Wei. Unsplash

No es la capital –que corresponde a Kuala Lumpur–, pero muchos aseguran que Penang es la ciudad más bonita de toda Malasia. Esto, unido a que estás en una isla cercana a la frontera con Tailandia y que la mayoría del país es musulmán (el 60%) y budista (19%), estás en uno de los mejores enclaves para olvidarte de la Navidad. Eso no quiere decir que no encuentres un papá noel y un árbol navideño en cada centro comercial, pero sí que estarás más al margen y con todo el tiempo del mundo para explorar a fondo lo mejor de Georgetown, la capital: desde su Museo Interactivo, hasta las vanguardistas muestras de street art o las rutas senderistas de Penang Hill.

2. Bangkok

Bangkok | Dean Moriarty. Pixabay

Podrías descansar en cualquiera de sus paradisíacas islas –éstas sí lo son al 100%–, como Samui, Phagan o el archipiélago de las Phi Phi; o internarte en la selva de Chiang Rai, en la frontera con Laos y Birmania. Pero, si aún no la conoces, te recomendamos encarecidamente que visites Bangkok, la flamante capital de Tailandia, una ciudad con un crisol de colores y aromas tan explosivo que no solo te hará olvidar la Navidad, sino el mundo entero. Además del Gran Palacio y sus templos –imprescindible el del Buda Esmeralda–, la oferta es variada y casi infinita e incluye desde hacer taichí –o zumba– en el Lumphini Park hasta navegar en un mercado flotante.

3. Agra

Agra | Sylwia Bartyzel. Unsplash

Como ya te habrás imaginado, en India la población católica –y sus tradiciones– es meramente testimonial, así que no es fácil encontrar muestras navideñas. Pero si quieres una estancia 100% Grinch tu destino es Agra, la menos católica y más espectacular de la India, aunque solo sea por el grandioso Taj Mahal, una de las 7 Maravillas del Mundo Moderno según la Unesco. La cantidad de turistas y viajeros que visitan a diario este mausoleo funerario se cuentan por miles así que es de agradecer verlo con menos gente. Junto a la belleza de esta blanca perfección, el caos que impera en el resto de la ciudad, dentro de un país que, en 2022, ha celebrado 75 años de independencia.

4. Xishuangbanna

Xishuangbanna | Kev1n-z. Unsplash

Al suroeste de China, entre Birmania y Laos, Xishuangbanna es una prefectura autónoma y uno de los enclaves más deliciosos del país. Su mala comunicación hizo que ni Marco Polo pudiera pisarla y la aisló durante siglos. Sus innumerables atractivos –gigantescos bosques de bambú, 13 etnias que conviven en perfecta armonía, el río Mekong atravesando gran parte de su territorio y una selva tropical, la única del país, que es el hábitat natural del elefante y el pavo real– han permanecido a salvo del turismo de masas sin embargo, en los últimos años, Xishuangbanna está en el punto de mira para situarlo como la nueva potencia turística de China.

5. Bandar Seri Begawan

Bandar Seri Begawan | Merah Lee. Unsplash

Una de las propuestas antinavideñas más restrictivas de nuestra lista es Brunei, un pequeño país situado al norte de la isla de Borneo que permite celebrar la Navidad a los no islámicos, pero prohibe que se haga en público. Ubicado sobre una bolsa casi inagotable de petróleo y gas natural, Brunei es uno de los países más ricos y excéntricos del mundo, famoso por sus 29 cúpulas de oro y los 367 Ferraris de su sultán. En resumen: la vida aquí no es especialmente barata, pero si buscas algo realmente diferente, Bandar Seri Begawan, la capital, es una sólida opción, sobre todo para ver la mezquita Omar Alí Saifuddin y Kampong Ayer, el mayor pueblo flotante del mundo.

6. Marrakech

Marrakech | Sachbearbeitung. Pixabay

El destino más cercano –y el más económico– de nuestra lista es esta ciudad marroquí. Justamente esta cercanía y la masificación turística, hace que Marrakech esté bastante occidentalizada y puede que encuentres opciones de celebración navideña o puestos callejeros llenos de espumillón. En cualquier caso, visitarla en estas fechas ofrece muchas más ventajas que inconvenientes, aunque solo sea visitar sus últimas inauguraciones –no te pierdas el Museo Yves Saint Laurent–, dar una vuelta por el cercano jardín Majorelle en manga corta o perderte entre los puestos de la plaza Jemaa el Fna con solo una chaqueta ligera.

7. Kioto

Kioto | Sorasak. Unsplash

No es que Japón sea un país antinavideño –de hecho, Tokio celebra estas fiestas en cada rincón, sobre todo por el enganche comercial–, pero entre la aplastante mayoría budista y su pasión por las tradiciones, hay ciudades en las que la Navidad simplemente no existe. Es el caso de Kioto, un enclave que derrocha japonismo por los cuatro costados. Visita sus templos –en especial, Fushimi Inari y Kinkakuji–, pasea por el barrio de Gion para ver sus geishas –incluso conviértete en una por unas horas alquilando un traje tradicional– y prueba dos experiencias únicas: sumergirte en el bosque de bambú de Arashiyama y ver un espectáculo en el teatro Gion Corner.

8. Pokhara

Pokhara | Laurentiu Morariu. Unsplash

Pokhara es la antesala a los montes Annapurna y el mejor mirador del Himalaya. Pero esta tranquila ciudad del centro de Nepal es también un espacio espiritual en la que el tiempo parece haberse detenido y en el que la desconexión tecnológica es total. Situada a orillas del lago Phewa –un remanso de paz con pintorescas barquitas de colores–, aquí puedes subir a la Pagoda de la Paz Mundial, saborear un dal-bhat-tarkari –platillos a base de lentejas, vegetales y arroz– en un puesto callejero o asistir a una oración budista en uno de los campos de refugiados tibetanos. O, simplemente, observar la magia del paisaje, uno de los más sobrecogedores del planeta.

9. Banjul

Banjul | Isaac Turay. Pixabay

Si el espíritu de amistad y concordia –real o ficticio– es una de las pocas cosas que salvarías de la Navidad, celebrarás tu decisión de venir a Banjul, –la capital de Gambia, ubicada en una isla–, para escapar de la avalancha navideña. Abrazado por Senegal, la Costa Sonriente de África condensa en Banjul buena parte de su ADN, un espíritu tranquilo y alegre que puedes ver en sus caóticos mercadillos –el Albert Market es único–, en la llegada de los barcos al puerto y en su estética colonial, un tanto transnochada pero 100% auténtica. Además, frutas exóticas, aromas intensos, playas de lujo y la espectacular Oyster Creek, una vía navegable que separa la isla de la península.

10. Shiraz

Shiraz | Steven Su. Unsplash

En Irán –o la República Islámica de Irán, su nombre completo– la Navidad no se celebra como tal, aunque cuenta con zonas donde las fiestas no se permiten, pero tampoco se prohíben. En cualquier caso, son las menos y no te las vas a encontrar cuando recorras sus principales ciudades. Para evitar cualquier tentación navideña no te recomendamos su capital –Teherán–, ni su ciudad más bella y famosa –Isfahán–, sino Shiraz, un enclave cultural conocido por ser la ciudad de la poesía, las rosas y el vino. La Mezquita Nasir-ol-Molk –con sus cristales de colores y sus azulejos rosas– es una visita básica que debes completar con la Madrasa Khan y el Mausoleo Shah Cheragh.

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