Ni los más guapos, ni los más altos ni los más longevos. En Tree of the Year lo que se premia es la historia que va detrás de un árbol, los momentos que lo han conectado con las personas y los han convertido en un miembro más de una comunidad. El concurso, que se creó en 2011 en la República Checa, congrega ya a 16 países y aspira a ser internacional. Las votaciones son populares y buscan el compromiso de los gobiernos y la concienciación de las personas para preservar el patrimonio natural. Algo fundamental sobre todo este mes, cuando se acaba de celebrar el Día Internacional de los Bosques el pasado 21 de marzo.
7. El tilo cantante, en la República Checa

No solo es uno de los árboles más antiguos del país, sino que tiene hasta nombre (Lukas) e historia. La leyenda cuenta que en el siglo XVII un anciano sordo se escondía dentro de este tronco cantando en voz alta mientras transcribía versos prohibidos, lo que hizo pensar a la gente que era el propio árbol quien cantaba. Desde entonces, este tilo de más de 700 años es uno más de la familia, un árbol comunitario al que todos cuidan y protegen.
6. El árbol inclinado de Kippford, en Escocia

Este espino adora el mar. Si no, no se entiende que lleve 60 años en la costa escocesa de Dumfries & Galloway, en una playa de berberechos azotada por el viento. El árbol ha pertenecido a una familia de Dalbeattie y, durante tres generaciones, los niños han trepado a sus ramas, incluso algunos coches se han chocado contra él, que sigue firme y orgulloso, creciendo al borde de la playa.
5. El Paraguas de High Tatras, en Eslovaquia

El nacimiento de esta haya se pierde en el calendario. Parece que fueron los estudiantes de la Escuela de Horticultura de Lednice, en Moravia, quienes lo plantaron en los años 50. En la actualidad, es la única haya en este paraíso europeo de senderistas y, desde luego, miembro de honor del Servicio de Rescate de Montaña.
4. El castaño de los 100 Caballos, en Italia

Siciliano, acogedor y muy, muy viejo, con más de 3.000 años a sus espaldas. Así es este castaño, el cuarto árbol más bonito de Europa. Según cuenta la leyenda, la reina Juana de Aragón se refugió bajo sus ramas junto a todos sus caballeros durante una tormenta; además, ha sido fuente de inspiración para Goethe y otros muchos artistas y escritores.
3. El alcornoque Grande, Portugal

El árbol más preciado de Vale o Pereiro, en el municipio portugués de Arraiolos, no podía ser otro que un alcornoque. Este centenario ejemplar sorprende por el diámetro de su copa y por el cariño que le profesa toda la comunidad del Alentejo. En verano, su sombra cobija a hombres y animales, acoge los almuerzos campestres y protege al ganado.
2. El carballo del Bosque del Banquete de Conxo, en España

España obtiene el segundo puesto en la clasificación europea con este carballo, que nació con la Ilustración. En 1856 fue testigo del Banquete Democrático de Conxo –un acto revolucionario que reivindicó los ideales de la nueva Europa– y la mismísima Rosalía de Castro lo defendió en una denuncia ecológica. El bosque que lo acoge, junto al Camino Portugués, abrió al público en 2018, tras más de un siglo cerrado.
1. El roble Dunín, en Polonia

El Árbol del Año 2022 es el guardián del Bosque Primigenio de Bialowieza, en la Región Europea de Wisent. Es uno de los bosques de tierras bajas más populares de Polonia y de toda Europa y una inspiración para muchos artistas. Su silueta lleva 400 años encandilando a todos en cualquier época del año, llena de vida en primavera, pero también en otoño, con sus ramas desnudas y curvadas.