Siempre ha estado ahí –sobre todo, desde que terminó el régimen de Enver Hoxha, en 1986, y se pudo abrir al mundo– pero las redes sociales han puesto en el punto de mira a este pequeño país situado frente al tacón de Italia y pegado a Grecia, Macedonia, Kosovo y Montenegro. Aquí se fuma, se habla a lo latino (pero con espíritu balcánico) y se trabaja contrarreloj para poner a punto lo necesario en un turismo que empieza a ser de masas y les desborda. Pero, sobre todo, se disfruta de una capital interesante y muy acogedora, de una playas únicas bañadas por el Jónico y el Adriático, de unos paisajes de montaña casi intactos y de un patrimonio milenario que ofrece un crisol de culturas. Te contamos lo necesario para recorrer por tu cuenta Albania, la última gran aventura europea.


- Hay otras maneras de hacerlo –tren incluido– pero, obviamente, la forma más rápida y cómoda de llegar a Albania es en avión. Iberia y Wizz Air Malta son dos de las compañías que operan vuelos directos desde Madrid y Barcelona a Tirana, la capital, en un trayecto que dura unas 3 horas y llega al TIA (Aeropuerto Internacional Madre Teresa – Rinas). Si quieres ahorrarte algo, busca un vuelo con escala pero ¡ojo!: algunas compañías te obligan a suscribirte a su programa premium para conseguir el descuento, una suscripción de la que te debes borrar tú mismo. Lufthansa ofrece buenos precios con una breve escala en Múnich y equipaje y bolso de mano incluidos.
- Para ir del aeropuerto a la ciudad (a unos 16 km) la opción más cómoda es un taxi, sobre todo, si el vuelo llega de noche. Puedes reservarlo online o bien pagarlo por internet o a tu llegada: en ninguno de los dos casos el precio debería superar los 2500 LEK/ 25 €. Otra posibilidad es coger el bus que sale del aeropuerto y te deja en el centro de la ciudad, detrás de la Ópera. Salen cada hora, el trayecto dura unos 30/ 45 minutos y cuesta 400 LEK/ 4 €, maletas incluidas.
- ¿Te da miedo necesitar un cargamento de enchufes, adaptadores, etc? La respuesta es un no rotundo. En Albania se utilizan enchufes tipo C y F, con dos clavijas y la corriente es a 230 V, es decir, exactamente igual que en España. Eso sí, las opciones para cargar tu móvil en la calle o en el transporte público son casi inexistentes, así que tenlo en cuenta antes de salir.


- Olvida eso de que los precios en Albania están tirados porque ya no es así. Se nota una gran diferencia en el alojamiento, sobre todo, cuando se trata de apartamento turísticos y del transporte público –urbano e interurbano– pero, el resto –tanto comer y beber fuera como entrar a museos o enclaves patrimoniales–, cuesta prácticamente lo mismo que en Madrid o Barcelona.
- La moneda nacional es el LEK (LEKE en plural) y la conversión al euro, redondeando, es dividir entre 100. Ten cuidado con otro mito que circula en redes, porque no aceptan euros en la mayoría de establecimientos, ni siquiera en la capital –a no ser que vayas a un espacio diseñado para turistas–, y no vas a poder usarlos en mercadillos, restaurantes de barrio o transporte público. Puedes cambiar euros en bancos y casas de cambio –hay una en el aeropuerto, en la zona de llegadas, y esta es la mejor opción. Tampoco suele estar admitido el pago con tarjeta y, si a esto le unes que los bancos cobran una fuerte comisión por sacar dinero en un cajero, la conclusión está clara: lo mejor es llevar efectivo.
- Albania es un país seguro, tanto si viajas en familia, como si lo haces en pareja, con amigos o en solitario, incluso si se trata de mujeres. No hay sensación de peligro –aunque los bares estén abarrotados de hombres y la vida nocturna no sea tan eterna como en España–, puedes caminar sin problema por la calle. Los tiempos de los robos de armamento al ejército, de la famosa mafia albanesa y del país convertido en un corredor de la droga hacia Europa ya pasaron y hoy, el único problema que puede presentar Albania respecto al turismo es que le ha llegado tan de golpe que los hoteles y restaurantes no dan abasto para formar a nuevos profesionales del sector.


- Que esto sea una guía práctica para recorrer sin coche Albania y tiene una explicación: conducir aquí es un acto heroico. No se tienen muy en cuenta los límites de velocidad, la gente camina entre los vehículos en plena autopista, no se respeta la distancia de seguridad, los adelantamientos son suicidas… Alquilar un coche es barato, pero también las multas campan a sus anchas.
- Otro mito que circula por internet es que aquí casi todo el mundo habla inglés, pero lo cierto es que, fuera de los espacios netamente turísticos, casi nadie lo hace. Incluso en hoteles y restaurantes la conversación se ciñe a lo estrictamente necesario. El idioma oficial aquí es el albanés, pero lo que sí te encontrarás son unas cuantas personas que hablan un perfecto español –las responsables son las telenovelas en nuestro idioma– y a la mayoría de la población intentando entenderse como sea a base de mucha hospitalidad.
- Albania es un país pequeño –28.748 km2, un poco menos extenso que Galicia– y con poca densidad de población, pero con un catálogo de puntos de interés que merece la pena ser estudiado detenidamente. Tirana, la capital, es la primera ciudad a la que llegarás y un especial destino en sí mismo, pero los Alpes, las playas y las joyas históricas marcarán tu ruta, con ciudades como Durrës, Shkodër, Berat, Vlorë o Gjirokäster, entre otras muchas.


- En las zonas de playa son un poco más caros, pero en Tirana, un apartamento céntrico, con habitación con dos camas cocina, baño y sala, todo muy bien equipado, ronda los 40 € por noche, además, el check in suele hacerse con código –por lo que no estás sujeto a un posible retraso en tu vuelo–, y el propietario está pendiente de ti en todo momento. Hacer la compra en un supermercado también es barato, pero no todo; si te decides por un apartamento, te recomendamos llevar desde España aceite de oliva, café soluble y material sanitario, tipo tampones.
- Albania está en la zona 2 de roaming, por lo que no disfruta de las mismas prestaciones gratuitas que hay en Europa, es decir: al igual que en Andorra o Suiza, aquí se paga y mucho. Algunas empresas como Holafly comercializan tarjetas sim virtuales–por unos 37 €– con diferentes opciones de gigas y precios, que puedes adquirir desde España, pero ¡ojo! revisa antes si tu smartphone es compatible o no podrás instalarla en tu terminal. Si tu vuelo llega de día o cuando el comercio aún está abierto, otra opción es comprarla en el mismo aeropuerto o ya en la ciudad. Vodafone ofrece tarjetas con cuatro gigas durante un mes por 25 €.
- Moverse en bus en Albania es relativamente fácil y muy barato: los autobuses urbanos cuestan 4 LEK/ 0.04 € y, los interurbanos, no superan los 800 LEK/ 8 € por persona. En ambos el billete se paga una vez arriba –¡ojo! solo en LEKE–, en el primero pasa un cobrador entre los pasajeros y, en los interurbanos, se abona cuando te bajas del bus. En la ciudad, las paradas están señalizadas con marquesinas y un cartel que indica el recorrido y el horario de la línea, aunque puedes bajar o subir del autobús si lo solicitas. En Tirana, la terminal de autobuses interurbanos se concentra en el norte de la ciudad, a donde puedes llegar con los autobuses que salen detrás de la Ópera, junto a la salida de buses que van al aeropuerto. La terminal es una jungla de vehículos perfectamente señalizados en la que tendrás que ir buscando el cartel de tu destino, aunque los mismos conductores te irán guiando. Aquí, los horarios son relativos –el bus sale cuando se llena– y tanto los buses urbanos como los interurbanos salen mucho antes que en España y terminan antes –y muchos interurbanos finalizan el servicio a las 16:00 h, por lo que es mejor asegurarte vuelta.
La imagen que abre el texto es Entrada al barrio de Brryli, en Tirana | EVG