Los árboles forman parte del ADN de Madrid. Así lo reconoce la ONU y la Fundación Arbor Day que, por cuarto año consecutivo, vuelven a reconocer a la capital de España como ciudad arbórea del mundo, un distintivo que en nuestro país solo ha conseguido Arroyomolinos y que se concede tras evaluar cinco estándares que miden los recursos financieros y legislativos destinados a la conservación de árboles urbanos.
Aunque la oferta verde de Madrid sigue siendo elevada –más del 55% de sus calles arboladas–, durante el gobierno Almeida la ciudad ha pasado de 400.000 a 322.000 ejemplares, con una tala indiscriminada que pone en peligro este gran potencial. Mientras seguimos atentos a cómo se desarrolla la supervivencia de nuestros árboles, iniciamos una ruta primaveral por los 6 parques más verdes de Madrid.
1. La Rosaleda del Parque del Oeste, un mundo de aromas


Llorones, trepadores, cubresuelos… Te sorprenderá la gran variedad de rosas que existen –más de 20.000–, a las que hay que añadir todo un extenso catálogo de formas, colores y aromas. Y todas las tienes en La Rosaleda, un espacio verde situado dentro del Parque del Oeste que se construyó a mediados del siglo pasado para albergar el I Concurso Internacional de Rosas Nuevas de la Villa de Madrid. Desde entonces, el lugar se ha consolidado como un referente para los creadores de rosas inéditas que, cada año, a finales de mayo, participan en este certamen anual y, días antes, en el de Rosa de Madrid. Las rosas premiadas entran a formar parte de la exhibición permanente e incrementan la oferta de este jardín, galardonado por la World Federation of Rose Societies como una de las rosaledas excepcionales de todo el mundo.
2. Quinta de los Molinos, el reino de los almendros


Mitad urbano mitad agrícola, el parque Quinta de los Molinos es el abanderado absoluto para recibir la primavera en Madrid gracias a sus 6.000 almendros que, entre finales de febrero y principios de marzo, florecen de golpe. Pero, aunque esta explosión floral en rosa y blanco es realmente espectacular, el parque ofrece otras muchas alternativas 100% naturales. Aquí puedes recorrer el estanque, pasear junto a sus molinos de agua –de donde recibe el nombre– o recorrer sus 25 hectáreas de olivos, pinos y eucaliptos. Además, puedes entrar con tu mascota y, si vas con niños o adolescentes, acercarte al Espacio Abierto, un palacete que programa numerosas actividades para el público joven.
3. El Retiro, el más popular de Europa


Acostumbrado a aparecer en las guías de medio mundo como el gran pulmón verde de Madrid, el Parque de El Retiro es también Patrimonio de la Humanidad –la Unesco lo incluyó en el Paseo de la Luz– y, desde este mes, el parque más popular de Europa, según las valoraciones de Google que recoge la plataforma Musement. Abierto a finales del siglo XIX, es también uno de los favoritos de los madrileños, con 125 hectáreas en las que puedes hacer de todo, desde visitar la última exposición en el Palacio de Cristal –este año se conmemora el centenario de la muerte de su arquitecto, Velázquez Bosco–, hasta patinar en el Paseo de Coches, montar en una barca en su estanque o fotografiar la estatua del Ángel Caído, una de las cuatro en todo el mundo dedicada al diablo.
4. Casa de Campo, el sitio de mi recreo


Nació por decisión monárquica –Fernando VI la declaró Bosque Real, como espacio de caza– pero fue con la Segunda República cuando pasó a pertenecer al pueblo de Madrid y se abrió al público. Sus 1.535 hectáreas la convierten en el parque público más extenso de la capital, un espacio agreste que incluye el Zoológico, el Parque de Atracciones y el Teleférico con una gran variedad de ecosistemas que puedes descubrir en los 4 km de su Senda Botánica. La Casa de Campo también es uno de los espacios favoritos para paseantes y deportistas –en el entorno del Lago se concentran tanto piragüistas como gente practicando marcha nórdica y bici de montaña– y un escenario donde conseguir unas de las puestas de sol más idílicas de Madrid.
5. El Capricho, la elegancia se viste de verde


Pasear por las 14 hectáreas que conforman el parque de El Capricho es viajar por nuestra historia más reciente, desde el siglo XVIII, cuando los Duques de Osuna lo mandaron construir, hasta la Guerra Civil española, con un búnker de 400 m2 –puede visitarse con reserva previa– en sus instalaciones. Elegante y cuidadísimo –no se permite comer ni jugar a la pelota– el parque abre solo fines de semana y festivos y es uno de los escasos espacios verdes que combinan los tres grandes estilos de jardín: italiano –que alterna setos con árboles–, francés –con parterres y un laberinto realizado con laurel– y el espacio paisajístico inglés. Además, templetes, fuentes, plazoletas, un estanque, un palacio y todo un lujoso espacio verde que, en verano, acoge conciertos y actividades al aire libre.
6. Madrid Río, diseño junto al Manzanares


En 2011 Madrid consiguió soterrar parte de la M-30, recuperar su río –el Manzanares– y convertir la zona en un referente del ocio al aire libre en la ciudad. La espina dorsal de Madrid Río –que se extiende desde el Puente de los Franceses hasta el Nudo Sur– es el Salón de Pinos, un gigantesco paseo arbolado que da acceso a los 6 jardines del parque: Aniceto Marinas, Virgen del Puerto, Bajos del Puente de Segovia, Puente de Toledo, Arganzuela y Matadero. Además, el parque cuenta con 30 km de sendas ciclables, 17 áreas de juegos infantiles, puentes de diseño –no te pierdas el de Perrault o los del Invernadero y el Matadero, con mosaicos de Canogar–, zonas de descanso, una playa con chorros de agua y un Centro de Interpretación, entre otros. Esta gigantesca oferta verde se completará el próximo otoño con el espacio del antiguo estadio Vicente Calderón convertido en pradera.