¿Es la noche más corta del año y te conformas con pasarla en cualquier parte? Es la noche del 23 de junio, unas horas mágicas cargadas de mensajes esotéricos para muchos y de pura diversión para otros. A una semana de que se produzca este evento natural, repasamos el continente europeo en busca de las ciudades más canallas y con más oferta de ocio, y de aquellas en las que es posible salir hasta el amanecer sin arruinarte en el intento. Estos son nuestros 5 destinos living la noche loca.
1. Lisboa, la juerga junto al Tajo
La noche en la vecina Lisboa es mutante y cambia tanto de un barrio a otro que, si te lo propones, puede ser eterna. Además de clásicos como Pensão Amor –cerca de Cais de Sodre, la zona canalla– o la discoteca Alcântara Club, el ambiente nocturno crece en torno a Santo Amaro –cerca del Puente 25 de Abril– y el Barrio Alto, con lugares tan recomendables como Duque da Rua y, desde luego LxFactory, la meca del artisteo. Además, entre los ajustadísimos precios –la cerveza cuesta de media 2,50 €– y la insuperable oferta de ocio –59 discotecas y 35 bares por cada 100 km2–, seguro que encuentras algo a tu medida.
2. Praga y su camarero robot
Quizá no asocies la capital checa con una noche loca al más puro estilo europeo, pero seguro que bebes una insuperable cerveza y a uno de los precios más económicos del continente. Aquí, la vida nocturna se reparte entre bares, locales tradicionales –con más turistas que viajeros–, cabarets, rincones de jazz y mega discotecas. ¿Un clásico? Buscar algún antro en Plaza Wenceslao o en la de la Ciudad Vieja, dejarte caer en Karlovy Lazne –uno de los clubs nocturnos más grandes de Europa Central, con 5 pistas de diferentes estilos y una barra atendida por un robot– y terminar viendo amanecer en el Puente de San Carlos.
3. Múnich, con mucho más que cerveza
Claro que hay cerveza –¡estás en Alemania!–, pero no te quedes con unas cuantas jarras más o menos frías servidas en cerámica y prepárate para descubrir la otra cara de la capital bávara. En los últimos años, triunfan los rooftops, las microcervecerías y los bares alternativos. Tras el cierre de Kunstpark Ost, una zona gigante de ocio que se dividía en Kultfabrik –para un público joven y alternativo– y Optomolwerke –para noctámbulos de más años–, el ambiente se ha trasladado a Ksar Club, Cafe Kosmos –para un cóctel con estética retro– y, desde luego a cualquier biergarten de la ciudad, el equivalente a nuestras terrazas de verano.
4. Cracovia, el gran ‘paraíso erasmus’
En esta pintoresca ciudad polaca los bares subterráneos se alternan con cervecerías al aire libre. La oferta no solo es generosa, sino abrumadora: la cantidad de erasmus que eligen Cracovia la han convertido en una ciudad eminentemente estudiantil, con un público de escasos recursos, joven y con muchas ganas de fiesta. Los locales abundan en el centro –Swieta Krowa, Alchemia, Teatro Cubano, House of Beer, Greg & Tom Beer House…– y el catálogo repasa discotecas al uso –pásate por Gordczka o por Frantic– y espacios un tanto pasados de rosca que ofrecen fiestas en un tranvía, guías para borrachos, paquetes de arenques y vodka…
5. Dubrovnik, la ‘movida’ del Adriático
La playa es un punto a favor para vivir la noche loca en esta ciudad croata. Junto al Adriático se concentran algunos de los locales de moda, como el Eastwest Beach Club –frecuentado por futbolistas, modernos y gente de la farándula– y el Banje Beach Club, con loungue, cócteles y famoseo. Además, la zona que rodea la catedral, a la que muchos llaman Bourbon Street por su profusión de bares, con la terraza de None Nina –lo que antes era el Hemingway, para tomar un combinado frente al Palacio del Rector–, Malvasija –una interesante vinoteca– o The Buzz Bar, sencillo y con música en directo.
La foto que abre el texto es Krakow | Dimitris Vetsikas. Pixabay