Recoleto y pintoresco, Mogán derrocha encanto en cada rincón, desde sus playas atlánticas de arena dorada hasta su patrimonio o su sabor marinero. Huimos de los spots más masificados y ponemos rumbo a este enclave del suroeste grancanario que, aunque turístico, conserva gran parte de su esencia más genuina. Estas son nuestras 6 visitas imprescindibles en Mogán, para pasarla de flores.
1. ¿Arqueología? Sí, la Cañada de Los Gatos


Empezamos por lo que quizá menos te esperes encontrar en Gran Canaria, pero que te recomendamos encarecidamente que visites. Antes de que el sol apriete le dedicamos un espacio a la cultura en formato arqueológico y visitamos La Cañada de los Gatos. Es el yacimiento más destacado de Lomo de Los Gatos, un conjunto de los antiguos aborígenes con más de 1.600 años de antigüedad que, además de casas de piedra, cuenta con dos cementerios y varios depósitos funerarios en cuevas. Está declarado Bien de Interés Cultural.
2. El mirador de Puerto de Mogán


Para ver todo con otro punto de vista, dale una vuelta de tuerca a tu escapada y sube al Mirador de Puerto de Mogán (o Mirador Juan Hernández Moreno). Es un camino señalizado lleno de gatos y tabaibas en el que tienes que salvar unos cuantos escalones por estrechas callejas que serpentean entre el antiguo barrio de pescadores. Las vistas en lo alto, con todo Mogán a tus pies, merecen y mucho la pena.
3. De paseo por el centro



Abandonamos el sol playero para curiosear en el pequeño núcleo urbano. El centro del Puerto de Mogán es un entramado de callejuelas con casitas blancas y buganvilla roja y púrpura. Rebaja la velocidad, siente el espíritu slow de este enclave y disfruta con la ermita de San Fernando, los soportales…
4. Tabaiba, chumberas y aloe vera


Lejos de la capital, en el norte, el paisaje de esta zona está lleno de tabaibas y chumberas. La abundancia de éstas últimas explica un importante dato económico: Canarias es el principal productor y exportador de chumberas del mundo. Llegaron de México, por la cochinilla –el tinte rojo natural– , y en la actualidad, el uso de higos chumbos en la industria cosmética y alimentaria ha superado todas las expectativas. Otro de los souvenirs más valorados es cualquier producto relacionado con aloe vera, el lirio del desierto con propiedades curativas y casi mágicas, así que aprovecha para comprarlo en las tiendas de la zona, como Aloe Vera Fresca, en Rivera del Carmen.
5. Hoteles con sabrosas sorpresas


El carácter balneario de la zona impregna cada rincón del paseo que separa el hotel del Puerto de Mogán. En apenas 10 minutos, encontrarás multitud de tiendas turísticas y algunas sorpresas interesantes, como Los Guayres, el restaurante del hotel Cordial Mogán Playa (1 sol Repsol y 1 estrella Michelin): cocina típica pero innovadora con platos como queso canario con pesto, cherne con mojo hervido y remolacha o tartar de pulpo, aguacate y gamba.
6. Con sabor a mar

Realmente es un poco excesivo que a Mogán se la conozca como la Venecia de Canarias pero los puentes que cruzan los diferentes canales que conectan el puerto deportivo y el pesquero, coquetos y minúsculos, adornados todos con sus respectivas flores, enamoran a la cámara. La zona del puerto es perfecta para picar algo, pasear sin prisas, curiosear en las tiendas de artesanía y quedarte, a propósito, fuera de cobertura. Si quieres darte un homenaje con sabor a mar, pide mesa en la Cofradía de Pescadores, un restaurante a pie de calle donde saborear pescado del día.
6. Y, por supuesto, la playa


Nos metemos de cabeza en uno de los activos más potentes de la zona: la playa. Mogán es la más familiar y cercana al entorno urbano, en competencia con Tiritana, Taurito y Playa de los Frailes. Más abajo, visita la Playa de Amadores, una zona recoleta que forma una hoz dorada sobre el azul Atlántico. No te confundas con su tamaño: en sus 800 m cuenta con duchas y un espacio restringido para fumadores. Además, prohíbe los juegos de pelota y la música excesivamente alta y, año tras año, revalida su Bandera Azul. Te recomendamos también Puerto Rico –perfecta para los espíritus más tranquilos– y Arguineguín, con arena más oscura y escasos turistas.