El sueño de conectar Sicilia con el resto del continente no es algo nuevo. De hecho, los romanos ya crearon una especie de puente atando una hilera de barcos y toneles que creaban una pasarela con la que sortear ambas orillas. Pero, esta vez, después de varias paralizaciones del proyecto, el gobierno italiano ha dado luz verde a la que será una de las mayores obras de ingeniería del siglo.
Las obras –que según las previsiones comenzarán a últimos de 2024– unirán la ciudad portuaria de Mesina –en la isla de Sicilia– con Villa San Giovanni –en Reggio Calabria, en la parte continental del país–, es decir: salvarán la zona más angosta del estrecho de Mesina, 3,1 kilómetros, con un megapuente colgante que medirá 3.600 metros de largo y se convertirá en el mayor del mundo.
A pesar del extraordinario coste –previsto en 4.600 millones de euros–, conectar el mar Tirreno –al norte– con el Jónico –al sur– supondrá una inyección económica en toda la zona, no solo por la reactivación comercial, sino porque el puente será una atracción turística en sí misma. Y parece que 100% segura: su diseño soportará vientos de 300 km/h y terremotos de 7,5, algo muy de agradecer en un territorio tan activo como el del sur de Italia.
La imagen que abre el texto es Messina | Luca N. Unsplash