Les Égéries_© visit.brussels - Jean-Paul Remy

Bruselas, la pequeña Babel

Lejos de oficinas, convenciones y diplomacias, el eterno corazón de Europa esconde una atractiva oferta provocadora, multicultural y deliciosa, lista para ser vivida y disfrutada en todos los sentidos. Si ya conoces Bruselas, ven y renueva tus placeres. Y, si has ido relegando la visita a la capital belga, te proponemos liberar prejuicios y zambullirte sin complejos en el espíritu zinneke (callejero) –como se llaman a sí mismos los bruselenses–, irreverente, creativo y amante de la buena vida, porque es absolutamente adictivo. Recorremos siete de sus barrios más icónicos, con más o menos turistas, para saborear cada rincón de esta pequeña gran ciudad de la que nos declaramos súper fans.

1. Heysel

Atomium | Carmen R. Pinos
Design Museum Brussels | ©visit.brussels. Jean-Paul Remy. 2019

Comenzamos la ruta por el Atomium, el gran icono de Bruselas que, junto a Manneken-Pis, protagoniza todo tipo de imanes y camisetas. Sus 66 años de vida –se construyó para la Expo de 1958– no han restado ni un ápice de belleza a esta estructura de 9 gigantescas esferas de acero que representan un cristal de hierro elemental. Puedes formar parte de las 600.000 personas que lo visitan cada año –dentro hay cafetería, exposiciones, espacios interactivos y vistas 360º sobre la ciudad– o, simplemente, pasear a su alrededor en el parque Osseghem, uno de los grandes espacios verdes de la ciudad. Cerca, otros dos puntos para ver: Mini-Europa –un parque con 350 reproducciones de monumentos europeos en pequeño formato– y el absolutamente recomendable Design Museum, con una exposición permanente sobre el diseño belga y, otra, sobre la historia del plástico desde los años 50.

2. Dansaert y Sainte-Catherine

Mer du Nord | Carmen R. Pinos
Place Sainte-Catherine | © visit.brussels. Jean-Paul Remy

El cóctel de identidades de la ciudad se multiplica en los barrios de moda, como Dansaert, el lugar donde, según la leyenda, unos agricultores fundaron Bruselas en el siglo X creando uno de los núcleos comerciales más prósperos de Europa. El barrio –antiguo puerto de la ciudad– es hoy zona de absoluta tendencia, invadida por diseñadores, gente guapa, neerlandófonos y ambiente cool. La plaza de Sainte-Catherine es el epicentro de esta explosión que, día y noche, congrega a cientos de personas en busca de los iconos, reinventados o no, de la cocina bruselense: cerveza, mejillones y chocolate. En la misma plaza está La Mer du Nord, una antigua pescadería convertida en taberna kitsch con un irresistible aperitivo gourmet: hamburguesa de cangrejo, mejillones y vino blanco. Date también un atracón de arte en La Bellone, Centrale for Contemporary Art y el Banksy Museum, inaugurado a principios de 2023.

3. Le Sablon

Palacio de Justicia | Carmen R. Pinos
Notre-Dame du Sablon | Carmen R. Pinos

El arte se respira en cada esquina de Bruselas como algo tangible: estás en la ciudad donde Magritte sentó las bases del surrealismo y Adolph Sax inventó un instrumento con el que añadía al clarinete un sonido de cuerda: el saxofón. La pulsión creativa está también en las medianeras de edificios animados con escenas de Tintín y en las tiendas de anticuarios que se multiplican en el Sablon, el refinado barrio de las bellas artes que se extiende junto al Quartier Royal, desde la Place Grand Sablon hasta el parque de Petit Sablon. Notre-Dame du Sablon es la reina absoluta de la zona, una iglesia gótica que muchos consideran la más bonita del país, enclavada junto a la Place du Petit Sablon y sus 48 estatuas, que representan a los gremios medievales. Hacia el oeste, casi pegado a Marolles, esta delicadeza choca contra la imagen mastodóntica del Palacio de Justicia, la mayor obra de Occidente en el siglo XIX.

4. Bailli-Châtelain

Villa Empain | Carmen R. Pinos
Quartier Chatelain-Bailli. Musée Horta | © visit.brussels. Jean-Paul Remy. 2019

Si el art nouveau es una excelente forma de expresar el ADN de Bruselas, Horta es el padre y madre de este movimiento, el arquitecto que estremeció los edificios de la ciudad con líneas ondulantes y ejemplos como el Hotel Hanon. Sólo el Museo Horta merece una visita a Châtelain, el barrio bohemio del sur, lleno de galerías y centros de arte –y un mercado, de 14 a 19 h, donde picar algo–, pero empieza el recorrido por la iglesia de la Trinidad y su barroquísima y coqueta fachada. Camina hasta Bois de la Cambre, uno de los pulmones verdes de la ciudad, extenso y cuidado, al que no suelen llegar los turistas. En un lateral, junto a la zona de las embajadas, otra sorpresa cien por cien artística: se llama Villa Empain y es una preciosa construcción art déco de la Boghossian Fundation, dedicada a la conexión cultural entre Oriente y Occidente y especializada en autores emergentes.

5. Quartier Européen

Arco del Cincuentenario | Carmen R. Pinos
Le Botanique | Carmen R. Pinos

Con dos lenguas oficiales –francés y neerlandés– que conviven en todos los carteles, miles de diplomáticos, organismos oficiales, más de 20.000 periodistas acreditados permanentemente y una población de ida y vuelta entre la metrópoli y el Congo, Burundi y Ruanda, las antiguas colonias del país, Bruselas sabe mucho de multiculturalidad y es, casi por derecho, capital de Europa y sede del Parlamento Europeo, en el que te recomendamos visitar el hemiciclo. Date una vuelta también por el Espacio Léopold y el Edificio Europa, antes de descansar en el Parc du Cinquantenaire –entra en alguno de sus museos o sube sobre el arco: las vistas son únicas–, que conmemora la independencia de Bélgica. Hacia el este, junto al distrito financiero, Le Botanique es otro lugar de moda –pero con escasos turistas– con zonas verdes, restaurante y lo último en música y arte.

6. Quartier Royal

Mont des Arts | Carmen R. Pinos
Biblioteca Real | Carmen R. Pinos

De puertas para adentro, Bruselas también es la capital de flamencos y valones: una babel donde nació parte de nuestra historia. Estás muy cerca del Mont des Arts, la parte alta de la ciudad, un gran complejo cultural e histórico concebido por Leopoldo II que reúne varios museos –BELvue, BOZAR, el Museo René Magritte, Museo del Cine, Museo de Instrumentos Musicales…–, además del Palacio Real y la Biblioteca Real. Aparte de las vistas, espectaculares, la joya de este espacio es el Coudenberg, los restos del antiguo Palacio Real, donde Carlos V vivió y gobernó el mundo entero, y donde terminó abdicando en su hijo, Felipe II. Si te suena el decorado, estás en lo cierto: parte de esta galería apareció en la serie televisiva Isabel. Al caer la noche, la juerga se traslada al parque de Bruselas y Kiosk Radio, un espacio de música electrónica y dj’s que acaba de celebrar su 6º cumpleaños.

7. Quartier du Centre

Brussels. Grand-Place | © visit.brussels. Jean-Paul Remy. 2020
Manneken-Pis con uno de sus trajes | Carmen R. Pinos

Dejamos para el final lo que se suele ir al principio: el centro histórico. El aire cosmopolita es lo primero que se respira en la Grand-Place, un espacio reducido y caótico pero con una armonía que la han convertido en Patrimonio Mundial por la Unesco. Además del Ayuntamiento, las fachadas de la Casa del Rey y las de los antiguos gremios, esta plaza está repleta de historias: aquí vivió Víctor Hugo en su exilio, aquí firmaron Marx y Engels su famoso Manifiesto y aquí coincidieron la BBC y una oficina de la Gestapo en la II Guerra Mundial, aunque no llegaron a encontrarse. Además, pasea por las Galerías Saint Hubert –las primeras comerciales cubiertas de Europa– y visita una joya gótica –la Catedral y sus hermosas vidrieras–, sin olvidar, desde luego, la minúscula fuente de Manneken-Pis, el niño desnudo que orina permanentemente y que, aunque solo se viste en ocasiones, cuenta con más de 900 trajes.

La imagen que abre el texto es Les Égéries. Quartier Européen | © visit.brussels. Jean-Paul Remy

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