Parque Natural Ría Formosa desde Catedral de Faro Carmen R. Pinos desde el Castillo

Algarve, un verano a todo sabor

Festiva y multicultural, la región más mediterránea del Atlántico tiene ya preparada una amplia oferta protagonizada por las mejores playas de Europa, un monumental patrimonio, una potente cultura y una gastronomía única, que oscila entre el mar y la huerta, se aderezada con el exotismo de ultramar y, en estos meses, se convierte en una auténtica fiesta para el paladar. Y todo a menos de una hora de avión. ¿Te lo vas a perder? Recorremos el sur portugués para descubrir Algarve, un verano a todo sabor.

1. Olhão

Museo de la Ciudad desde la Iglesia Mayor de Ntra. Señora del Rosario, en Olhão | Carmen R. Pinos
Festival do Marisco, en Olhão | Ana Moura.

Lo primero que te llamará la atención es su flamante minibús 100% eléctrico –el primero del país– y la policía patrullando en bici. Lo segundo, sus casas: un puñado de construcciones cuadradas con techo plano que le ha valido el sobrenombre de ciudad cubista. Sube a la iglesia Nuestra Señora del Rosario, en la Plaza de la Restauración: desde su campanario tendrás una de las mejores vistas de la ciudad, con sus callejuelas apiñadas en el barrio de Barreta o el del Levante, los turistas y el bullicio de la ribera. En esta zona ganada a la ría –donde los romanos construyeron tanques de salazón y convirtieron a Olhão en la capital pesquera del Algarve– está el mercado, una visita básica para tomar el pulso de la ciudad. Se trata de una construcción del siglo XIX rehabilitada, con un edificio para frutas y verduras y otro para pescados y mariscos. Aquí puedes ver todas las variedades de cherne y pargo y comprar mojama, una delicia que, en Portugal, solo se come en el Algarve. Para saborearlo todo en su salsa, acércate del 10 al 14 de agosto al Festival do Marisco, una fiesta que llenará el Jardim del Pescador de música y sapateiras, langostas, almejas, ostras…

2. Faro

Catedral de Faro | Carmen R. Pinos
Curso de cataplana en Tertulia Algarvia, en Faro | Carmen R. Pinos

A pesar de ser la capital del Algarve, Faro se mantiene al margen del turismo masivo. Entre callejuelas y tiendas de artesanía de azulejos llegarás a la Plaza de Alfonso III, con la estatua de este rey mirando al que muchos consideran el edificio más valioso de Faro. Es el convento de Nossa Senhora da Assunçao, una construcción renacentista con iglesia manuelina del siglo XVI que alberga el Museo Municipal de Faro. Visita también la impresionante (catedral) –encargada en 1251 tras la expulsión morisca– y, sobre todo, hazte una cataplana. En Tertulia Algarvia encontrarás exposiciones, tienda… pero su producto estrella son las aulas de cocina para aprender a cocinar (y comer) una cataplana, el plato típico del Algarve. El taller incluye una charla sobre esta forma de elaborar los productos, los ingredientes –la clásica lleva pulpo y patatas de Aljezur–, un certificado y un libro de recetas, y puedes completarlo con una visita al mercado para comprar todo lo necesario, acompañado por el chef.

3. Carvoeiro

Vale Cobo, en Carvoeiro | Carmen R. Pinos
Vinos Cabrita, en Carvoeiro | Carmen R. Pinos

Carvoeiro, uno de los núcleos urbanos más pintorescos del Algarve –con algunas de las playas más instagrammeables de la zona y la Ruta de los 7 Valles Suspendidos, un paseo único–, es otra visita imprescindible. Además de la Fortaleza de Nuestra Señora de la Encarnación –del siglo XVII–, te sorprenderán ofertas más vanguardistas, como Decadent Degustaria, la Barbearia Just o la acción de Carvoeiro Boxes de Phil da Bife, que cambia el gris de las cajas de electricidad por un colorido street art. Para el almuerzo, saborea petiscos –imprescindibles, el pastel de berberechos y el de garbanzos–, ensalada de pulpo y sardinas con gazpacho, además de delicatessen como pulpo sobre puré de batata, mermelada de naranja y gambas mozambiqueñas. Si el paisaje te ha sorprendido, pon a punto tu paladar para saborear los vinos Cabrita en Quinta da Vinha, que recuperan uvas autóctonas para su colección Native Grapes: Negra Mole, Arinto y Moscatel.

4. Portimão

Colégio dos Jesuítas, en Portimão | Joseolgon. Wikimedia Commons
Festival da Sardainha, en Portimão |

No te puedes perder sus espectaculares playas –te encantarán especialmente las de Marina, la Rocha y los Tres Hermanos–, ni un reposado paseo por el centro histórico que incluya joyas patrimoniales como la iglesia Matriz del siglo XV, el Colegio de los Jesuítas, las murallas, la fortaleza de Santa Catarina o, si tienes tiempo, incluso los restos de los Monumentos Megalíticos de Alcalar. Pero no puedes decir que has estado en Portimão si no has comido un buen plato de sardinas. La capital de la sardina del Algarve rinde homenaje a esta humilde delicatessen del mar y celebra el Festival da Sardinha del 1 al 6 de agosto. La descarga, que cumple ya 27 años, recrea esa escena tan cotidiana en estas costas desde hace más de cuarenta años, con una interesante teatralización que lucha por mantener viva la tradición. Junto a ella, el Museo de Portimão, ubicado en una antigua fábrica de conservas, que forma parte de la Ruta Europea del Patrimonio Industrial.

5. Lagos

Iglesia de Santa María, en Lagos | Bextrel. Wikimedia Commons
sjf djkhfjgh fkjgh s´

El terremoto de 1755 marcó un antes y un después en Lagos, que conservó el encanto de una ciudad secular, pero dibujó una serie de rincones sorprendentes que forman parte de su ADN. Lo verás en los patios con higueras y viñas y en el entramado de sus calles, donde se descubren azulejos art nouveau pero, sobre todo, en la descomunal colección de artesanía en madera dorada de la iglesia de San Antonio y las piezas del Museo de Lagos –algo inesperado con un exterior tan sencillo–, en el tristemente famoso Mercado de Esclavos y en espacios como Ponta da Piedade, con cuevas y playas escondidas en los acantilados. Además de productos del mar –no te pierdas la sopa de navajas– y de excelentes vinos, la tradición más dulce se remonta a las monjas del convento de Nuestra Señora del Carmen y su receta de dom-rodrigos, con aroma a canela. Los morgados de higo y almendra, higos rellenos y pasteles de miel son también buenas opciones para acabar una comida. Del 26 al 30 de julio, Arte Doce es todo un paraíso de golosos con talleres, degustación y show cooking.

También te puede interesar…

SUSCRÍBETE a esta NEWSLETTER y, cada semana, recibirás nuestras últimas publicaciones. Es GRATUITO y no te compromete a nada. Además, tus datos nunca se compartirán con terceros.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *