Dunas, bosques, pantanos, páramos… Todos estos paisajes (y muchos más) los encontrarás en los 20 Parques Nacionales de los Países Bajos, un catálogo 100% natural que cubre 120.000 hectáreas –alrededor del 3% del territorio– y que invita a descubrir una impresionante variedad de aves y especies únicas. Celebramos la primavera con un paseo por 5 de los mejores jardines naturales de este país (con permiso de Keukenhof, el megaturístico paraíso de los tulipanes) para explorar su naturaleza más genuina y descubrir sus tesoros más verdes.
1. Veluwezoon National Park, las colinas moradas
Los más de 50 km2 de este parque Nacional –el más antiguo del país, creado en 1930– están pegados a las reservas naturales de Herikhuizerveld y Onzalige Bossen. Es decir: aquí la Naturaleza está casi intacta y, entre sus bosques y bancos de arena, no es difícil ver algunos de sus habitantes más comunes, desde tejones y martas hasta martines pescadores y halcones. En un escenario tan plano como el de Países Bajos, los desniveles de Veluwezoom son otro punto fuerte, sobre todo cuando el brezo florece y las suaves colinas se tiñen de morado.
2. Hoge Veluwe National Park y su multioferta
Con una extensión de 54 km2, Hoge Veluwe no solo es el parque Nacional más grande de Países Bajos sino también el más completo, con una extensa gama de paisajes que incluye bosques verdes, páramos y lagos (la imagen que abre el texto pertenece a este parque). Puedes recorrerlo en bici –tienes 40 km de sendas ciclables y varios puntos de aparcamientos con bicis gratuitas– o con una caminata guiada de unas 4 h en la que descubrir muflones, corzos, jabalíes… y más de 500 especies de flora. Con todo, lo más sorprendente del parque es el Museo Kroller-Muller, con la colección privada de Van Gogh más extensa del mundo, además de obras de Picasso, Mondrian, Monet y Odile Redon, entre otros.
3. Dunes of Texel National Park, el paraíso de las aves
Al norte del país, los 43 km2 del parque Nacional de las Dunas de Texel cubren un territorio rico y diverso en el que la tierra se encuentra con el mar y surgen marismas , dunas, brezales, playas y ríos de agua dulce y salada. Como ya te habrás imaginado, esta extraordinaria variedad de paisajes lleva aparejada un extenso catálogo de aves (y de observadores de aves), que llegan aquí para anidar o hacer un alto en sus rutas migratorias. Son las grandes protagonistas de este espacio en el que, además, conviven especies como orquídeas, espátulas, focas y marsopas.
4. Lauwersmeer Konikpaarden National Park, 24 h de belleza
El miedo a las inundaciones hizo que, en 1969, se construyera una presa sobre un antiguo fondo marino. Así nació Lauwersmeer, este riquísimo y minúsculo parque Nacional –apenas tiene 9 km2– que es una de las áreas de aves más importantes de toda Europa Occidental, con más de 100 especies diferentes. De día, puedes practicar piragüismo y vela, y ver orquídeas, rosas silvestres y caballos Konik, además de oropéndolas a finales del verano y gansos en invierno. De noche, el plan es observar las estrellas y realizar actividades nocturnas –con suerte, la aurora boreal– en esta área que, desde 2016, es un Dark Sky Park.
5. Wadenzee Werelderfgoed National Park, abierto a todo
La mayoría de este extensísimo territorio pertenece a suelo alemán, pero el Mar de Frisia –ese paraíso de viento y agua, Patrimonio de la Humanidad, que ocupa la costa oeste de Alemania y Dinamarca– comparte espacio con los Países Bajos. Las mareas marcan el ritmo de este paraíso en el que el fondo marino emerge dos veces al día sobre el nivel del mar y permite caminar por el vado, pasear sobre las marismas entre algas, mejillones y miles de aves, y navegar desde Noordpolderzijl, el puerto más pequeño del país, cuando sube la marea.