teatro Municipal de Túnez

Túnez (la más olvidada de Túnez), en 5 visitas

Mediterránea, europea y norteafricana, la capital tunecina es un interesantísimo compendio de culturas pero, aún así, suele quedar relegada a una visita rápida con la que llenar las horas libres antes de iniciar una ruta por el resto del país. Te recomendamos que le reserves 3 o 4 días a esta ciudad y que la explores con calma y sin prejuicios. Te va a sorprender y, si lo visitas en pleno Ramadán –en 2022, del 1 de abril al 1 de mayo–, evitarás parte de la masificación turística.

1. El Ayuntamiento y una kasbah monumental

Las revueltas de la primavera árabe no comenzaron aquí, pero la Plaza de la Kasbah terminó siendo un lugar decisivo en la lucha para derrocar a Ben Ali. Hoy, este espacio, situado frente a la Plaza del Gobierno, alberga el Palacio del Ayuntamiento y el monumento a la Patria y los selfies ante el cambio de guardia son muy vistosos.

2. Un sabor multicultural

En pleno centro tienes un moderno tranvía y la Ville Nouvelle, un barrio europeo construido por los franceses lleno de boulangeries. Aquí está la Puerta de Francia –el lugar típico para quedar–, la Avenida Habib Bourguiba y joyas art nouveau, como la fachada del Teatro Municipal. Además, aroma a pizza y comida italiana, una catedral católica –San Vicente de Paúl– a pesar de que el 98% de los habitantes son musulmanes… sí, todo esto es la capital tunecina. Interesante, ¿verdad?

3. El incombustible Museo del Bardo

Le falta algo de mantenimiento (y le sobran los malos recuerdos de los atentados de 2015) pero el Museo del Bardo se merece una visita pausada en la que examinar su extraordinario patrimonio. ¿Lo mejor? La extensísima colección de mosaicos extraídos de las casas romanas de la zona, la mayor del mundo, además de arte griego e islámico. Hasta el 30 de mayo abre de 9:30 a 16:30 h. 5 €

4. En el laberinto de la Medina

Los callejones, el aroma a cuero y azafrán, los herreros en plena faena… todo se entrecruza en este ajetreado laberinto que aún mantiene vivas sus tradiciones. Patrimonio de la Humanidad desde 1979, en el interior de la Medina puedes visitar la Mezquita Zitouna, el Palacio del Bey, el de Dar Ben Abdallah y la Universidad islámica Al Madrasa Slimaniya.

5. Ante todo, buen humor

Túnez es segura, tranquila y cultiva el sano arte del buen humor. En la Medina y los mercadillos intentarán venderte de todo y te invitarán a regatear pero, si dejas clara tu postura, no suelen ponerse pesados. Aún así, la ciudad es eminentemente comercial y el turismo, un motor de la economía que se cuida a toda costa. Las cartas de los restaurantes se traducen a su manera y las bromas son habituales. Ojo si alguien se te acerca y te asegura que es el cocinero de tu hotel: suele ser una estrategia para acompañarte a la tienda de su primo que, casualmente, vende a muy buen precio. Descubierto el truco, todo termina compartiendo un riquísimo té con piñones.

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