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Sonora: comienza la aventura. 6 claves para descubrir el secreto de México

Un espectacular desierto que se vuelca sobre el Mar de Cortés –el mejor acuario del mundo, según Cousteau–, ocho etnias indígenas, la isla más grande de México –Isla Tiburón–, playas increíbles, valles agrícolas, cráteres volcánicos, pueblos mágicos… Pero, ¿hay algo que no tenga Sonora? No tiene (ni quiere) turismo de masas. El segundo estado más grande del país, por detrás de Chihuahua, despliega sus encantos sin prisa pero sin pausa. Su capital, Hermosillo, se ha convertido en la ciudad de moda donde todos quieren vivir, con un aeropuerto que la conecta con las ciudades más importantes del país, pero el plan es mostrar su biodiversidad y sus tesoros ancestrales sin morir de éxito. Para descubrir una de las caras más desconocidas de México, comenzamos esta fabulosa aventura con una ruta por 6 experiencias imprescindibles en Sonora.

1. Bienvenidos a Álamos, la Ciudad de los Portales

Sierra de Álamos | RADA. Visit Sonora
Iglesia de la Purísima Concepción. Álamos | Visit Sonora

Aquí nació la grandísima María Félix –su hogar es el Hotel Casa María Félix, un 4* donde puedes dormir en el lugar donde creció la diva– y se mezcla como en pocos sitios el barroco español con el estilo indígena pero, lo que realmente te va a impactar de Álamos es que, junto a Magdalena de Kino, forma la pareja de pueblos mágicos de Sonora. Después de recorrer el Callejón del Beso, la Plaza de Armas –con su quiosco morisco entre palmeras– y la parroquia de La Purísima Concepción, reserva tiempo para ver sin prisas el Palacio del Gobierno, una elegante construcción sostenida por 48 columnas de hierro, que convierte a Álamos en la Ciudad de los Portales. Para vivir una revolución verde, aparca el combo mar & desierto típico de la región y adéntrate en los paisajes del río Cuchujaqui, en la Sierra de Álamos: 929 km2 de biodiversidad –con 351 especies de aves y 100 de mamíferos– y Área Natural Protegida que comparte con la vecina Chihuahua.

2. San Carlos, la mejor vista al mar

San Carlos | Erik Boomer. Altius. Visit Sonora
San Carlos | Visit Sonora

San Carlos y Puerto de Guaymas es la joya turística del estado, un paisaje bendecido por los dioses que se vuelca sobre el Golfo de California con una variada oferta hotelera y uno de los lugares más espectaculares para disfrutar el paisaje de Sonora, el Mirador Escénico del Cerro Tetakawi. Abajo, a pie de playa, el típico arenal de película con arena blanca y aguas cálidas y turquesa cobra aquí otra dimensión, y navegar en kayak, recorrer la costa en bici o salir a pescar el pez dorado es un placer para los sentidos. Bajo la superficie marina, las sorpresas continúan con un delfinario y una granja de Perlas del Mar de Cortés, ejemplares de gran calidad que reaccionan de forma única a la luz ultravioleta.

3. Playa Tastiota, con luz propia

Playa Tastiota | Gerardo Lopez. Visit Sonora

Situada a 100 km de Hermosillo, Tastiota es una playa única, poco poblada (solo viven 14 personas) y con escasos visitantes, en la que el paisaje desértico avanza hasta encontrarse con el mar. Su importancia cultural también es extraordinaria, ya que aquí se han encontrado utensilios y puntas de flecha que dan fe de que, hace cientos de años, la etnia comca’ac o seri tenía por aquí establecidos sus campamentos. Pero por si la belleza y la historia no fueran suficientes motivos, Tastiota añade otro, de carácter más onírico, a su catálogo de razones para visitarla: es uno de los escasos lugares del planeta con bioluminiscencia, un efecto visual que hace que los organismos vivos del agua generen una reacción química que produce luz y que, por la noche, te traslada a paisajes de cuento.

4. El Pinacate: desierto, volcanes y mucha magia

Pinacate. Cráter El Colorado | José del Río. Visit Sonora

Volcanes y dunas se alían para dibujar el extraordinario paisaje natural que es El Pinacate y el Gran Desierto de Altar, la mayor reserva de la biosfera del desierto de Sonora, nombrado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es el desierto con mayor biodiversidad del mundo –alberga más de 1.000 especies de flora y fauna–, un espacio cuyas características únicas hicieron que la NASA lo eligiera como campo de entrenamiento para los astronautas. Además de recorrer el Museo y Centro de Visitantes Schuk Toak, adéntrate por los senderos interpretativos y quédate a dormir en estos paisajes que combinan mar, arena y volcanes en perfecta armonía y que viven rodeados de un permanente halo entre místico y esotérico.

5. Todos quieren vivir en Hermosillo

Hermosillo. Catedral de la Asunción | Álvaro Dioni. Wikimedia Commons

La capital de Sonora, Hermosillo, es un campo de experimentación urbanística situado en pleno desierto que, de un tiempo a esta parte, se ha convertido en la mejor ciudad para vivir de todo el país gracias a sus elevados índices de seguridad y un PIB per cápita equiparable a países de la OCDE, como República Checa y Estonia. La ciudad del sol, como se le conoce, está a la vanguardia de la sostenibilidad mientras cuida sus joyas históricas, un patrimonio en el que destaca la catedral de Nuestra Señora de la Asunción y el Palacio del Gobierno, en la plaza de Zaragoza. El Museo de Culturas Populares e Indígenas y el Congreso del Estado de Sonora –con tiendas de artesanía–, recogen el patrimonio étnico de un estado que concentra seis de los grupos más importantes del país: los seri, yaquis, mayos, guarijíos, primas cucapá y pápagos kikapú. El cerro de la Campana regala una especial panorámica de la plaza Vidal y la Bicentenario, dos de los puntos neurálgicos de Hermosillo.

6. Bacanora, antojitos de carne y otras delicias

Bacanora | Visit Sonora

Además de los majestuosos sahuaros, los cactus gigantes que pueblan el desierto, Sonora es famoso por su producción de agave Yaquiana o Pacífica, una planta que solo crece aquí y de la que se extrae una bebida con DO propio: el bacanora. Más dulce que el mezcal, con un sabor que recuerda al anís o el caramelo, pero con más graduación alcohólica, el bacanora toma su nombre del lugar donde empezó a producirse. No es tan conocido como el tequila u otras bebidas mexicanas –su prohibición, durante más de 70 años, lo condenó al olvido–, pero ya se deja ver en coctelerías y restaurantes, y empresas como Entre Compas lo comercializan junto a productos como raicilla, pulque o pajitas ecológicas elaboradas con agave.

Gastronomía sonorense de Kastiiya | EVG

Respecto a la gastronomía, los sonorenses lo tienen claro: aquí se come la mejor carne del país. Ya sea asada en tacos, con chile, en cocido o machaca –salada, secada al sol, deshebrada y guisada– la carne de res es la reina de los fogones y comparte protagonismo con burritos con tortilla de harina, tamales de elote dulce, chimichangas, enchiladas, coyotas, piloncillos… Para entrenar el paladar, puedes probar todas estas delicias en Kastiiya, especialista en tortillas de trigo estilo sonora y antojitos mexicanos.


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06MAY23
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