Mucho antes de que existiera el concepto de 3D y el arte en movimiento, el reflejo del sol sobre una superficie ya provocaba un juego de luces y sombras que cambiaba a lo largo del día. Si a esto le unes composiciones a base de plexiglás reciclado de diferentes colores y grandes dosis de imaginación, el resultado es el trabajo de Pierre Brault, un joven artista francés cuyos trabajos e instalaciones animan unos cuantos muros y medianeras de París.
Graduado en la Escuela de Dirección de Arte y Arquitectura de Interiores de Penninghen, Brault ha trasladado su obsesión por el paso del tiempo a las claves del arte pop en una especie de mindfulness artístico en el que, a través de una serie de intervenciones y letras superpuestas, la sombra del sol dibuja mensajes y movimientos a todo color que son únicas en cada momento y que nunca vuelven a repetirse de la misma forma.
Relojes solares, deportistas y cualquier otro tema que lleve el movimiento en su razón de ser forman el universo de Brault, un torrente de vitalidad empeñado en llenar los muros de buen rollo y cuya creatividad no ha pasado desapercibida en el mundo de la moda, donde ha diseñado desde bicis hasta gafas de sol para grandes firmas. Todo un concepto del movimiento que evoluciona y es captado de un vistazo por los transeúntes.