Nadie sabe exactamente cómo llegaron aquí –las especulaciones van desde que los dejó un grupo de marineros que pensaban regresar para cocinarlos, hasta que alcanzaron la costa nadando desde un naufragio cercano– pero lo cierto es que al sureste de las Bahamas, en las islas Exuma, la gran atracción no es el intenso azul zafiro de sus aguas ni los tiburones nodriza que nadan en ellas, sino un grupo de 20 cerdos y lechones que campan a sus anchas por la playa.

Inofensivos y amigables, pero muy voraces, los cerdos son la estrella indiscutible de la zona, tanto, que lo que antes era el cayo Big Major ya es más conocido como Beach Pig. Se puede nadar junto a ellos, hacerse fotos –absolutamente obligado inmortalizar este momento friqui– y darles de comer fruta, verdura, pan y pienso especial para cerdos, que puedes comprar en las tiendas locales. Además, seguir las indicaciones del matrimonio Chamberlain –sus cuidadores– y de todos los voluntarios y touroperadores que protegen –suministran agua dulce, vigilan enfermedades…– y mantienen felices a esta insólita fuente de ingresos.
