Fuera de sus extraordinarias pistas nevadas y del turismo de invierno, el pequeño país de los Pirineos es un catálogo de experiencias que se multiplican en los meses de verano, un espacio privilegiado donde las montañas se convierten en un parque de atracciones y, los valles, en un entorno intimista que te invita a reconciliarte con la naturaleza. Junto a ellos, vertiginosos miradores, cielos donde leer las estrellas, rincones para descubrir la magia del agua y una apuesta sin reservas por la cultura y los museos.
En julio, además, Cirque du Soleil estrena Festa, un nuevo espectáculo con el que la compañía circense y el país pirenáico celebran diez años de feliz colaboración. Y un motivo más para ver en directo lo bien que le sienta el verano a Andorra.
1. Naturland, el gran parque de atracciones 100% eco


En 2008, en la zona de La Rabassa –en Grandvalira–, la puesta en marcha del Tobotronc marca el pistoletazo de salida para una nueva forma de unir ocio y naturaleza. Este gigantesco tobogán alpino –el más largo del mundo, con 5,3 km de recorrido y 400 m de desnivel para volar durante 20 minutos–, unido a unas instalaciones de tiro con arco construidas anteriormente y que habían caído en desuso, son el germen de la actual Naturland, un extraordinario parque de atracciones 100% natural. Junto al Tobotronc, el parque ha ido añadiendo experiencias como Forestline –la única tirolina con curvas del país, con hasta 7 m de altura–, Airtrekk –caminos aéreos de madera–, rutas en buggies, laberintos, camas elásticas…
2. La magia de descubrir el país paso a paso


El 90% de Andorra es territorio forestal, un paraíso eco que cuenta con 70 estanques y lagos, 25 vías ferratas y de escalada, 21 rutas de BTT y cicloturismo, y tres parques naturales: Madriu-Perafita-Claror, Sorteny y Comapedrosa. Con este panorama tan abrumador y tan verde, practicar senderismo –hay cientos de rutas perfectamente señalizadas– se convierte en una opción casi obligada, sobre todo en verano, cuando la nieve y el turismo de invierno se esfuman y dejan paso a otro paraíso. Si te lo propones, podrías recorrer el país de punta a punta sin necesidad de pisar el asfalto –gracias a sus más de 100 rutas de montaña–, y disfrutar la experiencia de ver rebecos por el día y de dormir en alguno de los 29 refugios de montaña, de noche.
3. Alimenta tu adrenalina con el segundo puente tibetano más largo del mundo


En un país eminentemente montañoso, que cuenta con 72 picos de más de 2.000 m en un mini territorio de 468 km2, las vistas, necesariamente, son espectaculares. Una de las imágenes premium es, sin duda, el selfie junto a la estatua del hombre sentado en el mirador Roc del Quer, sobre un voladizo con parte del suelo transparente y con una panorámica de lujo sobre el valle de Montaup y el del Valira de Orient. Si quieres dar una vuelta de tuerca y te gustan las sensaciones al límite, también en Canillo te espera una de las atracciones más solicitadas por los espíritus inquietos: el segundo puente tibetano más largo del mundo, 603 m de longitud sobre el valle del Riu, que se alzan a 158 m del suelo y te hacen pensar que estás volando.
4. Estrellas y mindfulness, dos experiencias para vivir con calma


¿Sabías que, desde enero de este año, La Massana es destino turístico y reserva Starlight? Esta parroquia del oeste andorrano no solo alberga el pico más alto del país –el Alto de Comapedrosa, con 2.943 m–, sino un cielo oscuro y libre de contaminación lumínica que le convierte en un palco de honor desde donde observar el espectáculo de la Vía Láctea. Junto a las actividades del astroturismo para ver las estrellas, en tierra firme triunfan los itinerarios Moments: caminos de bienestar, una serie de rutas intimistas, cortas y accesibles –señalizadas y con cuaderno de trabajo incluido–, para realizar en solitario o en grupo, que se plantean para conseguir que la armonía y la interacción con la naturaleza nos baje las revoluciones.
5. Caldea, un paraíso sensorial y lúdico


Ya han pasado casi 30 años desde que aquel agua termal de las montañas de Andorra –tan pura que se usaba para teñir– saltó de los balnearios de pequeños hoteles para protagonizar un proyecto, mitad centro termal y mitad parque acuático. Es Caldea, un gigantesco spa –el mayor del sur de Europa– que revolucionó el panorama wellness, tanto por su arriesgada arquitectura con pirámides de espejo, como por sus horarios de apertura, hasta la medianoche, en temporada alta–. El espacio Termolúdico se completa con Orígenes, dedicado al relax –te encantará el baño azteca o el de pomelos–, e Inúu, el espacio más exclusivo, only adults. Además, Likids –un spa infantil– y una piscina exterior sobre el río Valira, con paredes y suelo transparentes.
6. Un pequeño contenedor cultural en constante ebullición


Otro récord de Andorra es su apuesta por la cultura: es el segundo país del mundo –tras el Vaticano– con más museos por km2. De los más de 30 del país, destacan los relacionados con el románico –uno de sus grandes potenciales– y los etnográficos, que reflejan el modo de vida en las bordas. Andorra la Vella, la capital, lidera la oferta vanguardista con el Museu Carmen Thyssen, un extraordinario contenedor cultural que combina su colección permanente con muestras temporales, como Khrôma. L’univers emocional del color, que puedes ver hasta enero de 2024. El panorama se completa con Bici Lab Andorra, un museo inaugurado este año que reúne una de las mejores colecciones de bicicletas clásicas, legado de la familia Riberaygua.
7. Cirque du Soleil y Festa, su nueva locura en Andorra


En un imaginario hotel en medio de un idílico paisaje de montaña, un conserje muy particular prepara una fiesta en la que trabajadores y turistas están invitados. Es el argumento de Festa, la nueva locura acrobática de Cirque du Soleil y el espectáculo con el que la compañía canadiense celebra 10 años de feliz colaboración con Andorra. Durante una hora, Festa narra esta historia de amor con el país pirenáico a través de decenas de acrobacias que se desarrollan en un universo enérgico y onírico, en el que no falta el humor. El espectáculo –se estrenó el pasado 1 de julio con un lleno total de público– se representa en el aparcamiento de Prada Casadet, en el centro de la capital, y podrá verse de martes a sábado, hasta el 30 de julio.

