Si todo se te queda corto y te gusta dar una vuelta más de tuerca a tus viajes, sabemos lo que necesitas. Llena tu maleta de adrenalina y acompáñanos: te invitamos a un paseo muy especial sobre el filo de la navaja. Estos son nuestros destinos más excitantes, 5 experiencias límite para los espíritus más inquietos.
1. Una piscina en el ático en Shanghai

Si te alojas en el hotel Holiday Inn Pudong Kangqiao, en Shanghai, y te gustan las sensaciones fuertes, sube al piso 24. Aquí encontrarás una piscina fuera de lo común: suspendida en el aire en un voladizo, a 100 metros de altura, y con el suelo de vidrio. En su construcción intervinieron incluso expertos aeroespaciales, pero el resultado mereció la pena: sentir que nadas entre nubes y aviones mientras, allí abajo, ves a los peatones caminando bajo tus pies.
2. El vuelo del halcón en Alicante

Nació en Nepal a principios de este siglo, con el británico Scott Mason. El aventurero combinó dos de sus pasiones, parapente y cetrería, en una sola: el parahawking, una actividad que te permite no solo volar entre pájaros, sino con ellos. Los halcones y águilas se entrenan para relacionarse con el piloto. Una vez arriba, aportan su sabiduría para aprovechar las corrientes de aire y, a cambio, el piloto les recompensa con comida. En España, puedes practicar este excitante enfoque de la naturaleza en Parahawking (150 €) con Lola y Harry, dos águilas adiestradas que no se separan de tu lado.
3. Cenar entre nubes en Bruselas

Si un día gourmet te hace tocar el cielo aquí lo harás por partida doble: en una mesa suspendida a 50 m sobre el suelo, con capacidad para 32 comensales, distribuidos en 4 mesas, y 3 cocineros, que elaboran 5 platos (295 €). Desde su nacimiento –en Bélgica, hace 16 años– Dinner in the sky ha recorrido más de 40 países. Del 13 al 26 de junio aterriza en Bruselas en una experiencia increíble solo apta para personas con más de 140 cm de altura y menos de 200 kilos de peso. Y sin vértigo, claro.
4. Nadar entre cocodrilos en Australia

Ni las tortugas nariz de cerdo ni el pez sierra ni los lagartos gigantes. En Crocosaurus Cove, un parque de reptiles situado en el corazón de Darwin, lo que más te impactará son los cocodrilos. Los de este inmenso acuario de fauna salvaje son endémicos de Australia: de agua salada, tamaño XXL –alcanzan los 5 metros– y alto poder depredador. Si acunar un bebé o dar de comer a los adultos no te basta, puedes sumergirte con ellos, introducido en un tubo de metacrilato. La experiencia, Cage of death (jaula de la muerte), cuesta 165 € y dura 15 excitantes minutos. ¿Es 100% seguro? Pues no –de hecho, en 2015 una turista se quedó media hora atrapada en la cubeta–, pero parece que ahí radica parte de su encanto.
5. Una habitación con vistas en Perú


Lo llaman “el hotel del millón de estrellas” y razón no les falta ya que estas cápsulas, de aluminio y policarbonato, son un maravilloso refugio colgante situado a 2.900 m sobre el nivel del mar, en el Valle Sagrado de Cuzco. El Skylodge Adventure Suites está compuesto por dos módulos –Silves y Miranda–, más uno de apoyo. Cada estructura –desde 368 €/ noche, con vía ferrrata o tirolina– mide 7,5 m de largo por 2,6 de alto y ancho, y cuenta con 4 camas, comedor y baño privado. Como te imaginas, todo aquí es eco, desde la forma de llegar –tras 400 m de tirolina o vía ferrata– hasta la iluminación, con paneles fotovoltáicos. Una vez dentro, ya sin arnés de seguridad, solo te queda disfrutar del confort interior y de las increíbles vistas de tus paredes transparentes. Si prefieres intimidad, la cúpula cuenta con cortinas, aunque tus únicos vecinos serán los cóndores.