El carnaval rural más antiguo de España, el Entroido, forma un triángulo mágico delimitado por sus puntos cardinales en pleno Ourense: Laza y sus peliqueiros, Verín y sus cigarrones y Xinzo de Limia con sus pantallas.
En Verín, la fiesta empieza el 17 de febrero con el Jueves de Compadres y sigue con el Domingo de Corredoiro –con charangas y cigarrones animando a la gente y, de noche, la primera fariñada, en la que todos se manchan de harina– y el Jueves de Comadres, la gran fiesta, en la que todas las mujeres se echan a la calle mientras los hombres permanecen en casa o se disfrazan de mujeres, si quieren salir. En Xinzo de Limia –el carnaval más largo de España, durante 5 fines de semana– se celebra el colgamiento del Meco, el muñeco que recorre las calles junto a las pantallas. Y, en Laza, los peliqueiros, con su cinturón de cencerros, acompañan a todos en el lunes de Farrapos y Hormigas, en el que se libra una guerra de trapos untados de barro y, por la noche, sale La Morena, un hombre cubierto con una manta y una cabeza de vaca, rodeado de hormigas.
Este año, la pandemia obliga a cambiar parte de la programación del Entroido y elimina las celebraciones multitudinarias. Se cancelan los desfiles y los actos centrales, como el Jueves de Comadres de Verín, la Morena de Laza y el petardazo de Xinzo de Limia. Tampoco habrá orquestas ni actos infantiles y el Entroido se transformará en una fiesta para vivir de día.
La imagen que abre el texto es Peliqueiros de Laza | Ramón PIñeiro. Creative Commons