Del rojo brillante al amarillo pálido pasando por los tonos melocotón, carmesí, oro, bermellón… la paleta cromática nipona trabaja sin descanso estos meses para dar lo mejor de sí misma, un espectáculo 100% eco que se supera cada año y que, por sí solo, concentra gran parte de los viajes al imperio del Sol Naciente. Japón, el país que mejor gestiona los contrastes entre tradición, tecnología y naturaleza, se convierte ahora en una pasarela de photocalls únicos que invitan a ser disfrutados. Recorremos cada rincón del país para descubrir cómo Japón estrena sus colores de otoño.
1. Miyagi, la garganta con los valles más brillantes
Los 400 baños termales con que cuenta Naruko es un potente imán para los cientos de viajeros que lo visitan al día. Otros vienen buscando sus ríos y sus profundas gargantas, para explorarlas en rutas senderistas. Pero en lo que todos coinciden es en las insuperables vistas desde el puente Ofukazawa, con su vibrante paleta de árboles color oro y rojo fuego que parecen incendiar los valles.
2. Fukushima y las lagunas de los cinco colores
Por muy urbanita que seas, la gama de colores que se despliega en Goshiki-numa –un grupo de cinco lagos volcánicos al pie del monte Bandai– es otro nivel. Te encantarán las tonalidades turquesa, verde, rojo… de sus aguas, las carpas de tonos brillantes, navegar por algunas de sus lagunas y, desde luego, los bosques ancestrales cubiertos de musgo que, en otoño, se visten de un rojo vibrante.
3. Niigata, el clásico de los álbumes de boda
Todo en el exuberante Yahiko Park gira en torno a Kangetsu-kyo, el impresionante puente pintado de rojo que atraviesa parte de este parque. Cercano a la costa del Pacífico, la zona es uno de los destinos favoritos de los locales para darse un baño de naturaleza, disfrutar una ruta senderista y, en otoño, hacerse las fotos de boda desde el puente, con un tapiz de hojas bermellón y carmesí a sus pies.
4. Tokio y los ginkgo biloba de oro
Meiji Jingu Gaien –Jingu Gaien para los amigos– es uno de los pequeños oasis verdes que alivian la estresante vida de Tokio. En sus 48 hectáreas, este monumental espacio –al que mucho califican como un momento de paz– incluye un templo, un estadio de béisbol, restaurantes… pero la joya de la corona son sus hileras de árboles ginkgo biloba que, en otoño, cambian a un radiante amarillo dorado.
5. Yamanashi, un túnel naranja frente al gran Fuji
Sus 3.776 metros de altura lo hacen omnipresente y visible en gran parte del país, pero la mejor sorpresa del lago Kawaguchi no es que desde su costa se obtengan maravillosas instantáneas del gran Monte Fuji. Lo verdaderamente impresionante de este espacio natural ubicado al suroeste de Tokio se fabrica cada otoño y son los túneles de alfombras color melocotón con hojas que tapizan los caminos.
6. Gifu y los colores de los Alpes japoneses
Gran parte del encanto del interior japonés se concentra en Hida Takayama, el pueblo con tejados de paja más famoso del país. En este pintoresco enclave tienes algunos de los santuarios más auténticos de la zona –como el de Oyada–, relajantes onsen y la puerta principal para explorar los Alpes. Pero, sobre todo, miles de arces que, hasta mediados de diciembre, tiñen los valles de un rojo intenso.
7. Kioto, las hojas que se iluminan con la puesta de sol
Todas las estaciones del año le sientan bien al templo Kiyomizudera, al este de Kioto, pero nos gusta especialmente el manto blanco de los cerezos que florecen en primavera, y el intenso naranja de los árboles en otoño. Estos meses, además, la iluminación nocturna resalta la arquitectura de madera de la construcción y dibuja un escenario onírico, con un color de hojas tan vivo que parece incandescente.
8. Hiroshima
¿Se puede ser más bucólico que un paseo sobre un suelo tapizado por hojas de arce que van del amarillo al carmesí, pasando por el naranja y el ocre? En Momijidani Park le añaden un plus a este encantador paisaje con decenas de ciervos muy dóciles que corretean libremente. Un escenario encantador, amenazado ya por el turismo masivo, en esta bellísima isla de Hiroshima, en el sur.
La imagen que abre el texto es Lake Kawaguchi | Japan Travel