Entre el reconocimiento mundial de Le Corbusier con la arquitectura y el de Charles-Édouard Jeanneret –el verdadero nombre del artista suizo– con los tapices hay todo un proceso creativo: el del genio que necesita expresarse con cualquier medio que tenga a su alcance. El padre de lo que se conoce como arquitectura moderna exploró también el mundo del dibujo, el urbanismo, la pintura, la escultura, la escritura y los tapices, una de sus facetas menos conocidas.
Sus primeros tapices nacieron en 1936 -como respuesta a una solicitud de Marie Cuttoli que, en en ese momento, encargaba obras de arte tejidas a pintores modernos– pero no fue hasta 12 años después cuando se enamoró de esta técnica, hasta el punto de confesar en una carta a Baudouin, profesor de de la escuela de arte de Aubusson, que «por su textura, material y realidad de su producción, el tapiz aporta su propia calidez a un interior».
(Fotos cortesía de alminerech.com)
Le Corbusier llegó a realizar más de 30 tapices, que previamente pintaba con diferentes técnicas, desde lápiz de color hasta pastel, óleo o papier collé. Fue aquí donde el genio encontró un puente con el que conectar los temas de sus pinturas con el desafío que planteaba la pared de un edificio. En esta exposición, organizada junto a la Foundation Le Corbusier, se muestran estos dibujos, caricaturas y obras de arte tejidas con todos los motivos que le inspiraban, desde bodegones hasta figuras femeninas.
Le Corbusier. Nomadic Murals
Almine Rech New York
14SEP22 – 22OCT22
De 10 h a 18 h
Gratuito