Para ver paisajes de cuentos de hadas y montañas de merengue ya no hace falta viajar a Turquía. Y, para descubrir ancestrales iglesias excavadas en la roca ya no es necesario explorar Göreme, el gran museo al aire libre que esconde Capadocia. Unos y otros pueden verse sin salir de nuestro país, más concretamente, en dos zonas de Burgos: tanto en el Condado de Treviño como en Las Merindades.


Fue en el siglo VI cuando se cree que un grupo de monjes cristianos eligió este entorno como escenario para un retiro espiritual. La belleza y el aislamiento jugaron a su favor para que se establecieran en estos parajes y nos dejaran más de cien cuevas excavadas en la roca, una serie de estructuras que reúnen algunas de las iglesias y cementerios cristianos más antiguos de toda la región burgalesa.


Destacan los Eremitorios de Las Gobas y Santorkaria, en el Condado de Treviño –uno de los conjuntos de cuevas rupestres más importantes de la Península, que terminaron siendo los primeros monasterios de la Alta Edad Media para convertirse en viviendas y almacenes– aunque la joya de la corona es el Eremitorio de San Miguel, cos sus dos pisos, en Presillas de Bricia, cerrado pero visible desde fuera.


Ya en la comarca de las Merindades, destacan las Cuevas de los Portugueses –en Trespaderme, con arcos de mediop punto y bóvedas de cañón excavadas en la piedra caliza–, y la Cueva de la Mosquita, en Icnillas, utilizada como celda y cámara funeraria familiar. Además, no te pierdas el Eremitorio de San Pedro, en Argés, un lugar sagrado entre los siglos VIII y X que hoy conserva tumbas antropomorfas.
La imagen que abre el texto es Cueva de los Portugueses. Tartales de Cilla | CEDER Merindades. Turismo de Burgos

