Saulius Žiūra, Paupys market plantas © Go Vilnius El viajero global

Vilna y su temporada de terrazas: abierto por primavera

Pasadizos, callejones, patios, plazas, ríos, azoteas… Todo vale con tal de disfrutar los primeros rayos de sol junto a una buena bebida y mejor compañía, sobre todo, después de pasar unos cuantos meses en los que hasta el termómetro estaba hibernando. Es la primavera de Vilna, el momento más explosivo del año de la capital lituana. Una oportunidad para descubrir los sabores dulces y salados de la más desconocida de las capitales bálticas, que este año celebra su 700 cumpleaños. Recorremos 7 de sus espacios gastro más imprescindibles.

1. Kitas Krantas, entre el río y el lindyhop

Cafe Kitas Krantas | © Go Vilnius

Por si no fuera suficiente placer sentarse en esta terracita y disfrutar de las vistas sobre el río Neris, de la icónica torre Gediminas y de unas bucólicas puestas de sol, además, el Cafe Kitas Krantas cuenta con una pequeña pista de baile donde ver a los lugareños moviéndose al ritmo de lindyhop, salsa, jazz dance o kizomba. Una opción desenfadada y divertida que llena las tardes de primavera de ritmo y buena cerveza en la margen derecha del río.

2. Sugamour, un dulce paraíso

Sugamour. Bernardine gardens © Go Vilnius

La cuidadísima estética de sus platos es un imán para los instagrammers pero la propuesta gastronómica de Sugamour, moderna y con un toque francés, es un paraíso para los golosos. Esta boutique de postres cuenta con varias localizaciones en Vilna, pero la más solicitada es su terraza en Bernardine Gardens, con brunch y una extensa oferta de tartas –prueba la de fresa y menta o la de mango, maracuyá y queso crema–, hojaldres y helados.

3. Paupio Turgus, el jardín de las delicias

Saulius Žiūra. Paupys Market | © Go Vilnius

Si te gusta la variedad gastronómica, te encantará Paupiu Turgus, un espacio que une 4 barras y 16 restaurantes en un inmenso jardín interior, con más de 1.300 plantas. Aquí tienes casi todos los sabores del mundo –paella valencia incluida–, un lugar relajado donde disfrutar con los cinco sentidos y la opción de tomar el sol en la terraza. Más de 7,5 millones de personas visitaron el pasado año este este innovador mercado de jóvenes chefs, que abre a diario.

4. Coffee1, la oferta más independiente

Užupis Square | © Go Vilnius

Cafés orgánicos, chocolates artesanos, exposiciones, eventos, desfiles… y todo pagado con la moneda de Užupis, la pequeña República que se declaró independiente en pleno corazón de Vilna. En Coffee1, en el cogollo de este barrio alternativo, el aroma de los pasteles recién horneados se mezcla con insólitos diseños, los escaparates más bohemios y el murmullo del río Vilnele, y crea un placentero conjunto sensorial que te hará llegar al nirvana.

5. Poniu Laime, en el corazón de la bohemia

Poniu Laime. Calle Stikliu | © Go Vilnius. Joana Suslaviciute

Lo único que no te gustará de Poniu Laime es lo que cuesta elegir entre la extensísima carta de tartas, pasteles y macarons, con joyas como el merengue de nuez con crema de café y el bizcocho de chocolate blanco con requesón y té matcha. Glamour en el interior –es el hotel Stikliai, de la cadena Relais & Chateaux– y ambiente distendido en una coqueta terracita coqueta, libre de tráfico, en la que disfrutar la tarde en torno a un sabroso café.

6. Senatoriu Pasazas, todo un palacio gastronómico

Senatorių pasažas | © Go Vilnius

Tras su rehabilitación, el Palacio Vainiai, en pleno casco antiguo de Vilna, se ha convertido en uno de los place to be de la ciudad, un lugar de generosas dimensiones que incluye espacios para eventos, tiendas de Farmers Circle y Senatorių Pasažas (el Pasaje de los Senadores), un pasadizo que alberga dos restaurantes: Nineteen 18 y 14 Horses, menú de precio fijo (49 €) y delicias naturales como donas con siluro ahumado y pepinos en vinagre.

7. Pink&Yellow, el brunch de moda en la azotea

Cafe Pink and Yellow. Gediminas Avenue | © Go Vilnius

El último local al aire libre de la ciudad es también el rincón de moda, situado en una azotea de la calle Gedimino, en pleno centro de Vilna, con un delicado aire art nouveau y una vistas espectaculares sobre la ciudad. Con sillas rosas en el rooftop y amarillas en el interior –de ahí su nombre–, Pink & Yellow ofrece diferentes actividades a lo largo del día, afterworks y sesiones de jazz, aunque su punto fuerte es el brunch de sabor latino, delicioso y completísimo.

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