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Prohibida la entrada a mujeres: el mapa de la vergüenza

Si hablamos de una sociedad igualitaria, tenemos que decir ¡bienvenidos al siglo XIX!, aunque, si somos estrictos con el cumplimiento de los derechos de las mujeres, algunos países ni siquiera han salido de la Edad Media. En pleno siglo XXI aún perviven un buen número de espacios que vetan el ingreso a la mujer por el simple hecho de serlo. Los (supuestos) preceptos religiosos y las (supuestas) artimañas de la mujer para embaucar al hombre explican estas prohibiciones; y no nos referimos solo a países musulmanes.

Los ejemplos recorren el planeta y van desde las cantinas mexicanas –hasta hace muy poco, vetaban el acceso a la mujer– hasta los clubs de caballeros –el londinense White Gentlemen’s Club y el norteamericano Bohemian Grove son dos rancios ejemplos– y clubs de golf, un deporte machista durante muchos años del que incluso se ha llegado a decir que su nombre es un acrónimo: Gentlemen Only, Ladies Forbidden. Poco a poco, muchos como Figaro’s –esta barbershop de Lisboa terminó retirando un cartel donde donde avisaba que los perros podían entrar, pero las mujeres, no–, el Jockey Club de Buenos Aires o el dublinés Club de Golf Portmarnock han perdido la batalla, pero queda mucho por hacer. En muchos rincones del mundo vas a encontrar el cartel de Prohibida la entrada a mujeres. Este es el mapa de la vergüenza.

1. Playa de Mlimadji, Islas Comoras

Comoro Islands | Vanillaislands.org

Si lo tuyo son las playas paradisíacas tendrás que conformarte con otras que no sean la playa de Mlimadji, porque esta, situada en las Islas Comoras, no permite la entrada a mujeres. La prohibición se dictó tras la presión de las autoridades religiosas de esta porción del África Oriental situada en el canal de Mozambique, quienes consideraban que la presencia de la mujer inducía a pensamientos lujuriosos y dificultaba la meditación de los monjes.

2. Kafenian, Grecia

Gaios Kafenio | Rémi Stosskopf. Florival Fr. Wikimedia Commons

Si has estado en Grecia, sabrás lo difícil que es sentarte en una terraza para saborear un café sin ser reprobada, una dificultad que, fuera de los circuitos turísticos, se convierte en casi imposible. Los kafeneia griegos son espacios reservados a los hombres, el sitio para que ellos se reúnan, jueguen a las cartas, charlen de política y tomen algo, lugares netamente masculinos en los que las mujeres no son ni bienvenidas ni aceptadas.

3. Monte Sanjo, Japón

Mount Sanjo in the rainy season | Un fotógrafo. Wikimedia Commons

Declarado Patrimonio Mundial por la Unesco en 2004, el Monte Omine Sanjo es un gigantesco paisaje verde habitado por monjes de la religión shugendo desde el siglo IX y un lugar de peregrinaje que fusiona la espiritualidad budista y sintoísta de Japón. Tras dos horas de caminata se llega a la cima, al templo Õminesanji, dejando atrás los problemas terrenales, y a las mujeres, que tienen prohibida la entrada al monte, tal y como advierten en un letrero al comienzo del camino.

4. Universidad de Semnan, Irán

Irán. University of Semnan. Auditorium and library | New Wave Architecture

Un partido de fútbol o de voley, una piscina, un restaurante… desde la revolución de 1978 son muchos los lugares a los que, en Irán, una mujer no puede ir o no puede hacerlo sola, además de tener prohibido llevar vaqueros ajustados, de colores vivos o con agujeros. Las 36 universidades del país han excluido a las mujeres de 77 áreas de estudio, unos datos que se incrementan cada año. En la actualidad, la proporción universitaria femenina supera a la masculina –un 60% son mujeres– a pesar de que, una vez licenciadas, normalmente tengan vetado el derecho a ejercer.

5. Monte Athos, Grecia

Monte Athos | Aleksei Simonenko. Unsplash

Patrimonio de la Humanidad desde 1998, el Monte Athos es uno de los lugares más inaccesibles del continente, un territorio espiritual con 33.000 hectáreas y 20 monasterios dedicados al estudio de las religiones ortodoxas. Sus 1.400 monjes lo consideran sagrado y vetan el sexo femenino, incluso en animales, ya que solo pueden entrar gatas para cazar ratones. A diario se permite la entrada para 4 días de 120 personas: de ellos, solo 20 extranjeros y, por supuesto, solo hombres.

6. Templo Jain Ranakpur, India

Templo Jain Ranakpur | Ramakant Sharda. Pixabay

Si estás de vacaciones en India y pasas por el templo Jain Ranakpur, ten en cuenta que solo podrás verlo… por fuera. Al menos, si eres mujer y tienes entre 15 y 50 años, es decir, la edad a la que puedes tener la regla. Como en muchos países árabes, aquí la menstruación se considera un episodio impuro que pone en peligro la integridad de un lugar sagrado como un templo. También en India, el templo de Ayyapan y el mausoleo de Haji Ali Dargah, sí han conseguido eliminar la prohibición en los últimos años.

7. Okinoshima, Japón

Okinoshima | jnto

Un sacerdote sintoísta es el único habitante de la isla de Okinoshima –a 60 km de la costa este japonesa– con estancias de 10 días en las que se turna con otros 24 sacerdotes para rezar y proteger este espacio, Patrimonio de la Humanidad en 2017. Los turistas no pueden entrar y las visitas son muy limitadas –200 permisos al año– y, en el caso de los hombres, condicionadas a un baño purificador previo en el agua del mar. En el de las mujeres, simplemente están prohibidas.

La imagen que abre el texto es Mount Athos | 12019. Pixabay

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