Aunque se incorporó a la Unión Europea en 2013, no ha sido hasta 2023 cuando Croacia ha entrado en la zona euro y el espacio Schengen. Desde el 1 de enero, el miembro más joven del bloque –y el que más tarde se incorporó– abandona la kuna croata –moneda oficial desde 1994– y eleva a veinte el número de países que utilizan la moneda única europea. En Croacia ya se paga en euros, una forma de facilitar los viajes, de ahorrar comisiones y de hacer que los gastos resulten más cómodos. Y un aliciente más para visitar este extraordinario país desde ya, sin sufrir la avalancha del verano. Te contamos 5 visitas en Croacia para estrenar sus euros.
1. Ver su top ten de monumentos sin apenas gente

En verano, el buen clima y la llegada de cruceros hacen que la mayoría de las atracciones de Croacia estén abarrotadas de gente. Para conocer la verdadera esencia croata te recomendamos venir en invierno, el mejor momento para disfrutar en un ambiente más íntimo de joyas como la calle Stradun y la fuente de Onofrio sin apenas gente o la paz que se respira en el puerto –la foto que abre el texto, de Spencer Davis. Unsplash– desde las murallas de Dubrovnik.
2. Contemplar los lagos de Plitvice con nieve

Si visitar el Parque Nacional de los Lagos de Plitvice es una experiencia mágica durante todo el año, venir en invierno, cuando las cascadas están congeladas y los bosques cubiertos de nieve, es pasear por un auténtico cuento de hadas. La entrada es cara –incluye paseo en barco eléctrico y tren panorámico–, pero recorrer estos 16 lagos, cascadas y arroyos conectados con pasarelas de madera merece y mucho la pena. Además, hasta el 31 de marzo, ver esta maravilla sin apenas gente cuesta 10 €, frente a los 40 € en temporada alta.
3. Comprar un típica corbata

¿Sabías que la corbata nació en Croacia? En el siglo XVII la popularizaron los croatas que fueron a París para apoyar al Cardenal Richelieu, los franceses la convirtieron en una prenda elegante y, los ingleses, la asociaron al dandismo. Encontrarás corbatas en cada rincón del país, pero es en Zagreb y la compañía Kravata-Croata donde este complemento que se confecciona a mano, con sedas italianas, alcanza calidades únicas.
4. Relajarte en aguas termales

Las bajas temperaturas te harán buscar uno de los placeres que introdujeron los romanos y que aquí cuenta con miles de seguidores: las aguas termales. Los balnearios más famosos se concentran en la zona de Dalmacia, Istria, Eslavonia y Zagreb, y combinan tratamientos como el algir –cataplasmas con algas liofilizadas– y la ducha Kneipp –masaje con chorros de agua a diferentes presiones– con un entorno de naturaleza espectacular.
5. Saborear su contundente gastronomía

El fish-paprikash –pescado de río con cebolla y pimentón picante–, los contundentes frijoles con salchichas, la menestra verde de Konavle –un antiquísimo plato de Dubrovnik a base de repollo, berza y carnes secas–, el cobanac –guiso picante con carne de cerdo y becerra–… la mayoría de los platos croatas combinan mejor con los meses más fríos del año y, algunos, solo se sirven durante el invierno.

La kuna croata se dividía en 100 lipas, un nombre que significa marta y que hacía alusión al uso de pieles de este animal que se utilizaba como forma de pago en la Edad Media.
Las nuevas monedas de euro mantienen el anverso común y destinan el reverso a cuatro motivos diferentes: un diseño con las letras H y R –las siglas del país en alfabeto glagolítico–, la efigie de Nikola Tesla, una marta –el animal nacional– en la moneda de 1 € y el mapa de Croacia en las de 2 €.