¿Echas de menos las terracitas nocturnas de verano? Nosotros también, por eso ponemos rumbo a una de las urbes con las noches más vibrantes del planeta: Buenos Aires. En plena ciudad que nunca duerme y con la primavera a toda velocidad, te invitamos a buscar un boliche (discoteca), salir de joda (de marcha) y vivir unos días zarpados (intensos). La lista de lugares recomendables varía cada segundo y es inabarcable, pero te mostramos nuestros 7 básicos para disfrutar de la noche porteña.
1. Corrientes, el epicentro de la escena teatral

Corrientes es la calle que nunca duerme, una avenida histórica en la que nació el tango y la bohemia –aquí vivió el mismísimo Gardel– y que alterna tramos comerciales con espacios que se vuelven peatonales a determinadas horas de la tarde, para aligerar la afluencia a los diferentes espectáculos. Transcurre desde Chacarita hasta el Obelisco, pero es en este último tramo, entre Esmeralda y Callado, donde concentra una oferta que se apoya en una mezcla única de teatro + libros + pizza. El plan de Corrientes es pasar por alguna librería –Buenos Aires es la ciudad con más librerías per cápita del mundo–, ver un espectáculo de teatro y rematar la jornada con una porción de pizza.
2. El Bajo y sus tardes ‘after work’

El público cambia en Reconquista, esta calle del Centro –el Bajo para los amigos– que atraviesa San Martín y Retiro. Es la zona financiera de la capital, siempre llena de oficinistas y empleados tomando algo una vez terminada la jornada laboral, sobre todo en la parte que cruza con Viamonte. Por su ubicación, es también el espacio perfecto para hacer una primera parada antes de seguir la noche. Y, si a esto le unes que, en los últimos años, se ha convertido en la capital de la cerveza de la ciudad –aquí puedes encontrar todo tipo de marcas– y de los pubs de aire irlandés y british, tienes un lugar imprescindible en la marcha nocturna bonaerense, sobre todo si vas en grupo.
3. Recoleta y su público centennial

Street art, laboratorio musical, gamers, booktubers… La generación Z –los nacidos entre 1997 y 2012– reina en este contenedor multicultural especializado en nuevas tecnologías y con un amplio abanico de actividades implicadas en las últimas vanguardias y comprometidas con la convivencia y la diversidad. Una de las disciplinas estrella de su programación es el hip hop, centrado tanto en clases y batallas de breakdancers como en dar visibilidad a las chicas raperas, pero en el CC Recoleta siempre hay algo que ver. Además, el espacio donde está ubicado, que nació como convento de los monjes recoletos, es uno de los más antiguos de la ciudad.
4. Los garitos del ‘universo Palermo’

Es el barrio más grande de la ciudad y su pulmón verde y científico: aquí está el Parque 3 de Febrero con el Planetario Galileo Galilei, el Jardín Japonés, el Rosedal…. Pero, sobre todo, es la zona con mayor concentración de bares, restaurantes y discotecas de todo Buenos Aires, y la primera que te van a recomendar si preguntas dónde se cuece la movida porteña. Palermo se divide en Palermo Soho –el favorito de artistas y diseñadores, con un ambiente bohemio y muy cool, especialmente en la plaza Cortázar, la plaza Armenia y las calles Honduras, Gurruchaga y Serrano– y Palermo Hollywood, más concurrido y con público más joven que el anterior.
5. Belgrano, con sabor a tradición

Atención: entramos en territorio tango, no porque este sea un enclave que narre su historia –aunque la ciudad entera lo hace–, sino porque aquí se baila religiosamente tango todos los fines de semana, de 18 h a 23 h. Estamos en la Glorieta de Belgrano –o la Pagoda o la Glorieta Antonio Malfagni–, una estructura de principios del siglo pasado cuyo techo tiene forma de pagoda. Está ubicada en las Barrancas de Belgrano, un parque en este barrio, ferviente del River Plate, ubicado al noreste de la ciudad y lleno de magnolias y madreselvas, de esculturas del siglo XIX –réplica de la Estatua de la Libertad incluida–, de paseantes jugando al ajedrez o practicando Tai Chi y, sobre todo, de acordes de milonga y tango.
6. Puerto Madero, las copas junto al río

Desde su revitalización, en 2002, Puerto Madero se disputa con Palermo el liderazgo de la marcha nocturna en la capital. Hasta ahora, ambas iban ganando de forma alternativa pero, en los últimos años, la masificación en algunas zonas de Palermo le ha hecho perder fuelle y la modernidad prefiere la noche de Puerto Madero, sobre todo por garitos clásicos –como Jhonny B. Good, en la foto, Claxxon y Lupita– o nuevos, como el recién estrenado bar flotante de Peñón del Águila. Aquí se viene en busca de discotecas –aunque la mayoría se concentran en la Costanera Norte–, de los reflejos de las luces sobre el agua y de su fama de ser la zona más segura de la noche porteña, pero no te confundas: también tiene el m2 más caro de toda la ciudad.
7. Lezama, San Telmo y la explosión artística

En el barrio de La Boca, junto a San Telmo y el Parque Lezama, la Usina del Arte es un centro de estética industrial, mitad cultural y mitad gastronómico, para disfrutar con los cinco sentidos, en el que escuchar un concierto de música sinfónica –cuenta con una sala con capacidad para 1.200 espectadores– o eventos relacionados con la danza, el cine y las artes visuales, entre otros. Si prefieres el tándem música + copa, aquí tienes la oferta más variada de bares y discotecas de la ciudad, desde las terracitas de la plaza Dorrego y la calle Chile hasta discotecas como Moliere, Museum y Mitos Argentinos, especializada en pinchar rock nacional.
(La imagen que abre el texto es la Avenida Corrientes | Stella Giordano. Pixabay)