A veces, ese viaje soñado durante mucho tiempo o difícil de conseguir –por el precio, la lejanía, la burocracia…– se convierte en un pluf cuando por fin lo conseguimos, en una total decepción. A veces porque viene en la guía o porque lo recomiendan en portales y redes, gastas dinero, tiempo y energía en llegar hasta ese punto de visita obligada y, una vez allí, no hay más que decepción y una idea muy clara: que no era para tanto. La globalización y las redes sociales, responsables de encumbrar y sobrevalorar muchas atracciones estrella y destinos top, colocan ahora a unas y otros en el sitio que les corresponde. No se trata de tirar nada por tierra, sino de ajustar expectativas y realidad para que, una vez allí, decidas si pagar más o invertir un día más de viaje realmente te merece la pena.
Para que tu escapada sea todo un éxito, la compañía Stasher ha analizado 99 atracciones mundiales y ha elaborado una lista en función de las reseñas de Google, la popularidad en TikTok, los likes en Instagram, la seguridad, el transporte y la amabilidad, entre otros muchos factores. Estas son, según ellos, las 10 atracciones más sobrevaloradas del mundo.
1. El Paseo de la Fama de Hollywood

No es la primera vez que el Paseo de la Fama de Hollywood encabeza las listas de peores atracciones del mundo. Declarada Bien de Interés Cultural e Histórico, esta avenida que se extiende a lo largo de más de 2 km por Hollywood Boulevard y Vine Street, en Hollywood, cuenta con más de 2.000 estrellas del mundo del cine, la música, la televisión, la radio o el teatro. El planteamiento es perfecto pero, para recibir una estrella, el artista en cuestión debe acudir a la ceremonia de entrega en los siguientes cinco años y pagar una cuota que, en 2022, ascendía a 50.000 dólares, con lo que artistas como Madonna, Prince, Al Pacino y George Clooney, entre otros muchos, carecen de estrella. Además, muchos coinciden en que la calle es más bien pequeña, sucia y descuidada: nada que ver con el glamour que promociona.
2. El Gran Bazar de Estambul

La sensación de inseguridad, la masificación, los precios desorbitados y la mala calidad de los productos son las principales quejas de los viajeros que entran en el Gran Bazar en su visita a Estambul. Con más de 4.500 tiendas y 60 calles organizadas por gremios, el Gran Bazar es uno de los mayores mercados del mundo, un espacio netamente comercial donde prima la persuasión y el regateo, pero que decepciona a muchos viajeros. Para disfrutarlo, elige las primeras horas del día, ármate de paciencia y haz todas las fotos que se te ocurran de este maravilloso espacio. Si quieres comprar, evita los impulsos y compara precios pero, si lo que buscas es descubrir un auténtico mercado turco la recomendación siempre es la misma: aléjate del centro histórico.
3. El Taj Mahal de Agra

Mira bien esta foto porque el Taj Mahal sin apenas turistas es una imagen de ciencia ficción… o un buen trabajo de edición fotográfica. Seguramente, la espiritualidad que desprende este monumento funerario –unas de las siete maravillas del mundo– es lo que esperas encontrar a tu llegada a Agra, pero la realidad es bien distinta y, lo que no aparece en los portales turísticos es la marea humana que lo rodea permanentemente, los mosquitos que te acompañan en la espera y los interminables controles policiales. Además, el precio es elevado, la visita corta –unos 30 minutos– y, dentro, no tiene mucho de especial. Si tienes pensado ir, evita hacerlo en invierno –los locales tienen también vacaciones y la neblina te estropea las fotos– y visítalo al amanecer o compra una entrada nocturna.
4. Los Jardines Busch de Tampa Bay

Busch Gardens, el gran parque que combina atracciones con animales en libertad, nació para completar la oferta de ocio de Orlando, pero cuenta con algunas deficiencias que debes tener en cuenta antes de visitarlo. En primer lugar, su enorme extensión y su disposición circular y sin atajos, te obliga a caminar durante kilómetros de ida y vuelta. Además, los precios son elevados y las montañas rusas no permiten acceder con mochilas o bolsos y obligan a dejarlos en consignas de pago. El clima variable de esta parte de Florida hace que muchas atracciones se cierren de forma imprevista, lo que multiplica los tiempos de espera de las restantes, que llegan a alcanzar las 2 horas. Las reseñas de este parque –uno de los peor valorados del país– también se centran en la exhibición de los animales, recluidos en espacios mínimos que recuerdan a los antiguos zoológicos.
5. La Lotte World Tower de Seúl

Diseñado por KPF, Lotte World Tower lleva desde 2017 animando el skyline de la capital surcoreana. Sus 555 m lo convierten en el 5º edificio más alto del mundo, con un mirador en las plantas 117 a la 123 al que se puede acceder (18 €) en un ascensor de dos pisos. ¿Qué problemas tiene? Para empezar, uno de sus puntos fuertes en cuanto al diseño y la sostenibilidad, el cambio de aire acondicionado por un sistema de aire desplazado, juega en sus contra y el calor asfixiante es una de las principales quejas de los usuarios. Dentro, su centro comercial no tiene nada de particular y la espera para acceder al ascensor se prolonga a veces más de una hora. Si lo que quieres es disfrutar de la puesta de sol, otro dato: la fila es tan larga que cuando llegas al mirador ya es de noche y, encima, con la iluminación interior, solo puedes fotografiar tu propio reflejo y el del resto de visitantes.
6. El Puerto Victoria de Hong Kong

Entre la isla de Hong Kong y la península de Kowloon, el Puerto de Victoria es el más grande de Asia y el tercero del mundo, después del de San Francisco (EE. UU. ) y Río de Janeiro (Brasil). Parte de la prosperidad económica de Hong Kong se debe a este gigantesco puerto natural al que muchos llaman la Perla de Oriente. Pero, a pesar de un sobrenombre tan idílico, muchos aseguran que el puerto en sí no es bonito, incluso que es feo de noche, que tiene pocos barcos típicos y, en definitiva, que es un escenario de cartón piedra diseñado al gusto de los turistas. Además, los barcos que realizan románticos cruceros por la bahía son en realidad viejos transbordadores que llenan la noche con el ruido de su motor y en los que ni siquiera se pueden escuchar las explicaciones del guía. En cuanto al espectáculo nocturno de luces: pobre y decepcionante.
7. Ocean Park de Hong Kong

Divertido, pero no imprescindible. Así valoran muchos usuarios Ocean Park, este espacio de ocio situado al sur de la isla de Hong Kong que combina parque de atracciones con exhibición de animales en libertad. Los osos panda, los koalas y las mantarrayas, junto con las vistas que se obtienen desde las cabinas del teleférico, es lo mejor puntuado del parque. Por contra, lo que acumula más críticas son las atracciones: escasas, diseminadas –lo que obliga a caminar demasiado entre una y otra–, poco atractivas, anticuadas y, en general, con una necesidad urgente de mantenimiento. Además, su revisión diaria se realiza durante el horario de apertura del parque, lo que genera unas filas monumentales.
8. El Santuario Fushimi Inari Taisha de Kyoto

Si te suena, estás en los cierto: el templo Fushimi Inari Taisha es el que aparece en Memorias de una geisha. Es decir: por si su belleza no fuera suficiente motivo para visitarlo, el punto cinéfilo inclina definitivamente la balanza. En cualquier caso, ten en cuenta que para realizar el recorrido por sus torii –arcos que simbolizan la prosperidad en Japón– tienes que subir 1.200 escalones en dos rutas de unos 40 minutos cada una, es decir: necesitas dedicarle tiempo y esfuerzo. Si a esto le sumas que los torii no son antiguos –datan de finales del siglo XX–, que están patrocinados por comerciantes y que todo está masificado, quizá te lo pienses más. Si te gustan los santuarios, Japón está repleto de otros mucho más interesantes y, si quieres ver este sí o sí, madruga y acorta la visita: puede que con recorrer los primeros 100 metros tengas más que suficiente.
9. La Gran Muralla de China

Porque es la mayor obra de ingeniería construida por el hombre, porque es la única que se ve desde el espacio, porque es un gran mito viajero… ¡cómo vas a venir a China y no ir a la Gran Muralla! De acuerdo, sería impensable y verla, hay que verla, pero antes, ten en cuenta una serie de consejos de los que han sufrido una gran decepción después de visitar esta mega construcción de casi 9.000 km de largo, de los que solo se conserva el 30%. Los tramos rehabilitados han perdido su encanto y, el resto, no son accesibles, aunque ninguno lo es por completo y, en general, hay que estar en buena forma para acometer la subida. De las tres secciones más cercanas a Beijing, la más famosa es Badaling –se sube con teleférico, por lo que también es la más saturada– y, la más auténtica, Simatai, aunque cuenta con tramos desmoronados y con 70º de pendiente.
10. Everland de Yongin

El deporte, los animales y las atracciones son los tres vértices que vertebran este gigantesco parque temático situado al sureste de Seúl, en Korea del Sur. Aquí tienes desde pista de carreras y piscina de olas artificiales hasta zonas temáticas dedicadas al Caribe, Europa o Ecuador, pasando por un zoo e incluso una galería de arte. Parece que en Everland puedes encontrar cualquier cosa que imagines, pero lo cierto es que no es así. El trato y las pésimas condiciones de los animales son una de las quejas más recurrentes. Junto a ellas, las atracciones fuertes se reducen a una única montaña rusa y el resto tiene aspecto de feria, con reproducciones a escala de ciudades; si a esto le añades un tiempo de espera monumental –que, a pesar del precio, no mejora demasiado con el fast pass– y el sofocante calor del verano, quizá debas valorar otras alternativas.
Muchas gracias!!! Orgullosa de contribuir a que viajemos más y mejor 🙂
Ay, viajera global, lo que aprendo contigo!