Desafió al Imperio y siguió casando a jóvenes en contra de las leyes romanas. Pero el cura Valentino no imaginaba que, siglos después, su acción le convertiría en el abanderado mundial de todos los enamorados. Nosotros abordamos el enamoramiento a pie de calle, con una ruta que transita por sus caminos naturales. Las coordenadas de este particular GPS nos conducen por las pasiones más canallas y los sentimientos más puros, a la física y la química. Este San Valentin, ‘love is in the air’, por eso seleccionamos 6 destinos románticos (y diferentes), para enamorarte mejor.
1. Hvar o el arte de sentirse únicos
De los 65 faros que salpican la costa de Croacia, uno de los más interesantes es el de la isla Pokonji Dol, cerca de Hvar. El espacio, mínimo, está deshabitado y es desértico. A diferencia de otros faros del país, éste no cuenta con alojamiento y solo puede visitarse en rutas concertadas. Aún así, su soledad y la puesta de sol sobre el Adriático os hará pensar que estáis en el paraíso. Y eso, a pesar de que pertenece al archipiélago Paklinski Otoci: Islas del Infierno. Un destino perfecto para los amantes de largo recorrido que buscan colgar el cartel de no molestar y combinarlo con las opciones de la costa.
2. Estrasburgo, todo un festival dedicado a oh, l’amour!
Los cafés de París, las callejuelas de Carcassonne, los campos de lavanda de la Provenza… Francia está diseñada para que el elemento amoroso germine, pero, si tenemos que decidir un escenario, este año nos vamos a Estrasburgo para disfrutar Strasbourg, mon amour, la fiesta que alarga San Valentín del 9 al 18 de febrero. Estos días, el casco antiguo rebosa romanticismo y, además de pasear por el Muelle de la Petite France, ofrece todo un programa especial amantes que incluye espectáculos en el Puente de los Suspiros, baños a la luz de la luna, slow party, talleres de masaje, verbena retro, crucero del amor…
3. Brujas, la eterna ciudad romántica
Brujas, una de las ciudades más románticas de Europa, repleta de rincones que parecen diseñados en un bosque de hadas, es también un destino en el que el turismo masivo puede agobiar si lo visitas en fechas puntuales, como San Valentín. La opción, como siempre, es elegir las horas menos atractivas –lo sentimos: tendrás que madrugar o comer a deshora– para ver los puntos de interés y dedicar el resto del tiempo a los románticos. Nuestro favorito: Minnewater (Lago del Amor), un estanque con leyenda y cisnes, rodeado de un bosque donde perderse del mundanal ruido. Y a dos pasos de la estación de tren.
4. Praga, un crucero a ritmo de jazz y un spa de cerveza
Praga es una de las capitales del romanticismo del continente, con callejuelas, jardines barrocos y una increíble luz dorada que hace que el amor brote por sí solo. Pero, ¿qué te parece vivirlo en el Moldava? La propuesta, en el JazzBoat, te lleva a un minicrucero por este río que atraviesa la capital checa, para pasear tu pasión bajo el puente de Carlos con una banda de jazz a bordo y dos opciones de cena. Ponle un broche de oro a la velada en Spa Beerland, unos barriles-spa de cerveza para relajarte en pareja mientras saboreas una jarra cervecera y dejas que los efectos relajantes del lúpulo actúen sobre tu piel.
5. Liebesbankweg y sus senderos ‘especial enamorados’
Cerca de Goslar, en la Baja Sajonia alemana, la sierra del Harz es famosa por sus minas y su sistema hidráulico pero, sobre todo, por sus espectaculares paisajes de cuento. Aquí, el amor no solo está en el aire, sino que cuenta hasta con una ruta propia de senderismo: Liebesbankweg, un camino circular pensado para recorrerse en 2:30 horas. A lo largo de sus 6,3 kilómetros, encontrarás 25 bancos tematizados con aniversarios, lagos con góndolas, poemas escritos sobre la piedra, jardines… y tres puntos de información en los que sellar tu pasaporte y obtener el certificado de peregrino amoroso.
6. Verona, el amor desde el balcón
Dudábamos si incluir en nuestro lovetour a Verona –la capital universal de los enamorados gracias a Shakespeare, Romeo y Julieta, un hecho que la ciudad rentabiliza como gran imán turístico– por ser el destino más obvio pero, este año, el programa de actividades es tan innovador que nos enamora. Del 9 al 14 de febrero, Verona in love cuenta con un mercado en Piazza dei Signori –los puestos forman un corazón–, una media maratón, un concurso de besos de cine, tatuajes en pareja, The Taste of Love, música, gastro y exposiciones, como la dedicada a Doisneau con, por supuesto, su foto El Beso.
La imagen que abre el texto es Verona | Alessandro Carrarini. Unsplash