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10 planes muy locos para enamorarte del frío

Invierno + diversión forman un tándem único que (si te gusta el frío) se convierte en irresistible, un formidable parque temático repleto de atracciones bajo cero. Pero, ¿qué hacer cuando ya se ha hecho todo y solo quieres que te sorprendan? O, peor aún, ¿qué hacemos si calzarte unos esquíes no es el sueño de tu vida? Para unos y otros, los dominios del planeta buscan nuevas propuestas fuera de ruta, un catálogo que incluye desde una bucólica travesía en una locomotora que atraviesa un bosque nevado hasta un vertiginoso descenso en una montaña rusa con gafas de realidad virtual, pasando por trineos tirados por caballos y sesiones de yoga a casi 3.000 metros de altura. Empeñados en disfrutar la cara b del invierno, hemos seleccionado 10 planes muy locos para enamorarte del frío.

1. Flotar sobre el hielo, en Finlandia

Kellua Jäälla Savonlinnassa | Arto. Visit Finland

En el sureste de Finlandia, en plena región de los Lagos de Saimaa, el agua es un elemento básico en los planes de ocio, incluso en invierno. En estos meses, una de las principales atracciones de Savonlinna es el Saimaa on the rocks: lanzarse a un remanso del arroyo que fluye junto al antiguo castillo –un agua que no se congela ni siquiera en los días más fríos– para flotar en medio del hielo ártico. La experiencia, guiada por profesionales, se realiza con trajes especiales de seguridad, dura 75 minutos y finaliza con una reconfortante bebida caliente.

2. Pasear en un trineo de caballos, en Austria

Ruta caballo. Austria | filzmoos.at

En Austria, la cuna del esquí alpino, no es que el esquí al uso se les quede corto, pero hay tanto que hacer y en tantos lugares que se impone una vuelta de tuerca. Una de las experiencias más demandadas es descubrir Filzmoos, un pintoresco pueblo de montaña ubicado en el centro, en el estado de Salzburgo, de una no menos pintoresca forma: subido en un trineo tirado por caballos. Son más de 20 equipos con norikers, frisones y los pequeños haflingers –parecidos a los ponis–, engalanados con campanas los que recorren en trineo los valles de estos idílicos pueblos alpinos.

3. Bañarte junto a los macacos de nieve en Japón

Nagano | Japan Travel

No solo es un peso pesado de los deportes de invierno. Además, Japón adereza su catálogo de après ski con propuestas de lo más exótico. Entre nuestras favoritas: un baño termal al aire libre en Yudanaka Onsen, al noroeste de Tokio, la zona de los onsen, para acercarte a Jigokudani Yaen Koen y ver los macacos de nieve. Se trata de un grupo salvaje de estos animales –los primates no humanos que viven más al norte– que bajan al onsen en los meses de invierno. Son inofensivos y la única recomendación es no tocarlos y no mirarlos fijamente a los ojos. Además de no bañarte con ellos, claro.

4. Practicar ‘ice yoga’, en Francia

Ice Yoga | alpedhuez.com

¿Te gusta tanto practicar yoga que en cada postura sientes que tocas el cielo? Pues aquí lo vas a hacer casi literalmente porque se trata de unirte a una clase grupal de vinyasa yoga –una modalidad energética basada en el movimiento y armonizada con la respiración– para practicar snow yoga a 2.700 metros de altura, entre esquiadores y snowborders. El escenario –la estación Alpe d’Huez, en los Alpes franceses–, invita a la relajación y a reconciliarte con el universo mientras alineas cuerpo y mente en plena nieve. Si lo prefieres, también se imparten clases particulares y otras en el Hotel Le Castillan.

5. Pescar en el hielo, en Noruega

Winter joy in Namdalen | Marius Rua. Buckethaus

La costa y los fiordos no se congelan en verano y las corrientes de agua cálida hace que sus aguas se llenen de peces. La pesca en hielo es una de las actividades más populares de Noruega, con un buen número de aficionados que, caña en mano, va en busca de un lago lleno de truchas o charranes. Otra opción es pescar en el hielo propiamente dicho, practicando un agujero, aunque te recomendamos que utilices cuaquiera que esté abandonado y, desde luego, que extremes la precaución. Si buscas aún más emoción, apúntate a un tour para pescar bacalao skrei o el codiciado cangrejo rey.

6. Descender las pistas en bici, en Canadá

Ciclismo en ‘fat bikes’ en el Parque Nacional Kouchibouguac | Parks Canada

Ciclismo de invierno, VPS, fat bike… da igual como lo llames porque el resultado siempre es el mismo: una excitante fusión entre paisajes nevados y mountain bike que pone tu adrenalina en pie de guerra. En los últimos cinco años, estas bicis de montaña que incorporan neumáticos de gran tamaño se han puesto de moda en toda Canadá, tanto por su versatilidad como por la libertad de movimientos. Hay multitud de senderos para fat bike, pero nos gustan el del Parque Provincial Mark Arendz –en la Isla del Príncipe Eduardo–, y el de Nuevo Brunswick, en el Parque Nacional Kouchibouguac.

7. Volar en una montaña rusa, en Andorra

Magic Gliss. Andorra | Visit Andorra

Abre todo el año, pero deslizarte en un tobogán de 555 metros de descenso (y 180 de ascenso) a 40 km/h entre majestuosas montañas nevadas, es una experiencia única que suma velocidad y belleza. Se llama Màgic Gliss y es una de las atracciones estrella de Mon(t) Magic Family Park, en Grandvalira. Si quieres una dosis extra de magia, añádele el Màgic Quest, un juego de realidad virtual que comienza en el trayecto de subida y te permite visualizar los animales silvestres más característicos de la fauna de Andorra, reales –como el rebeco– e irreales, como el Tamarro, protagonista de muchas leyendas.

8. Bajar en un trineo nocturno, en Suiza

Descente en luge des Diablerets | My Switzerland

En la estación de esquí le Meilleret, en el suroeste suizo, Les Diablerets no solo es una de las pistas de trineo más largas de todo el país, sino una de las más pintorescas y mágicas, a la que se llega en el teleférico Vioz-Mazots. Aquí, además, te proponemos recorrer de noche esta pista –en la carretera al Col de la Croix, cerrada en invierno y preparada para trineos–, disfrutar de las impactantes vistas del macizo Les Diablerets y descender los 7 kilómetros de esta carretera que atraviesa el bosque, llena de curvas y vertiginosos zigzag, bajo la inquietante luz de las antorchas.

9. Caminar ladera arriba sobre la nieve, en EE.UU

Uphilling Aspen Highlands | Aspen Snowmass

Si estás en forma y quieres combinar esquí tradicional y de fondo, apúntate a una nueva disciplina: el skinning o uphillski, es decir, caminar cuesta arriba por las pistas y deslizarte por ellas cuesta abajo. Para practicarlo necesitas esquíes especiales con una fijación extra en el talón que te permite caminar cuesta arriba con ellos puestos. Las montañas que forman Aspen –Aspen Mountain, Aspen Highlands, Snowmass y Buttermilk– ofrecen esta intensa actividad, aunque solo en circuitos establecidos y con un pase previo. Si te animas, el esquí de montaña se incluirá en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2026.

10. Recorrer los valles nevados en tren, en Alemania

Brockenbahn | Hannes Kottner. Unsplash

El pico Brocken que Goethe nombró en Fausto«Ya que es verde el grano y amarillo el rastrojo, trepemos todas el Brocken», dicen las brujas– es uno de los rincones más bucólicos y llenos de magia del centro de Alemania. Cubierto de niebla casi todo el año, sus gigantescos árboles de Harz crean un bosque encantado y misterioso. Si a esto le unes mucha nieve y un ferrocarril de vía estrecha recorriendo todos estos parajes, tienes ante ti una de las experiencias más bucólicas del invierno. Es el Brockenbahn y su locomotora de vapor, un canto a la nostalgia que enamora a la cámara.

La imagen que abre el texto es Brockenbahn vor Gipfel | panoramic-hotel.de

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